Ama de casa, casada y con cuatro hijos. Hasta hace poco la vida de la calingastina Noelia Flores pasaba por las obligaciones domésticas. Hoy ya se prepara para posicionarse como una proveedora de servicios a la minería mediante la fabricación de copelas, pequeñas vasijas para ensayar y examinar minerales que se utilizan en laboratorios geoquímicas, mineras y facultades.  

Con el monto de $183.936 que solicitó como subsidio, comprará la maquinaria y herramientas que le permitirán iniciar los ensayos con las copelas. Esto es, una máquina hormigonera, magnesita y endurecedor de cemento para hacer la masa con la que se producirán las vasijas. “Una vez hecha la pasta, se coloca sobre un molde que va prensado a 25 toneladas, para luego ser secado al aire. Las copelas son utilizadas para extraer mineral rico como el oro y la plata y ser llevadas a temperaturas muy altas”, comentó Noelia. 

Emmanuel Fernández, Jefe de Refinería de Casposo, fue quien les propuso el año pasado iniciar con este proyecto, principalmente porque a pesar de ser muy utilizadas para analizar y estudiar minerales casi no se producen en el país. Es así como empezó un proceso de capacitación en el marco del “Plan de Desarrollo Minero” de la empresa, que presentó propuestas a la comunidad con la intención de que comiencen a generar insumos para la mina y también a otras de la región. “Postulé para participar del plan y quedé seleccionada, luego surgió la posibilidad de obtener un subsidio por parte del Estado y así fue como presentamos “Una pequeña pyme para una gran familia”, nuestro anhelo es llegar a producir de 200 a 250 copelas diarias y estimamos que podremos comenzar con los primeros ensayos en dos meses”, detalló. 

La mina calingastina Casposo utiliza en forma mensual entre 5600 y 8000 copelas que hasta el momento son importadas desde Chile. Ergo, de concretarse la producción de copelas en el área de influencia, significaría una reducción de costos para la empresa –que ya aseguró la compra total de estos productos- a la vez de impulsar el nacimiento de una Pyme familiar, ya que si bien Noelia tomó la iniciativa, su marido Alejandro Anes la acompaña y colabora a la par. La copelación es una técnica de refinación metalúrgica de vieja data, de hecho hay antecedentes desde el Renacimiento para el ensayo de menas de las minas, examen de la cantidad de plata en joyas o en monedas o con fines netamente experimentales. 

 

Nuevos rumbos. A sus 34 años Noelia Flores (foto)  buscó un nuevo horizonte como emprendedora. Sus hijos Lucila, Alejandra, Dylan y Ezequiel la apoyan plenamente.