Cuatro finales consecutivas en un torneo distinto a todos como lo es la Copa de Clubes Campeones, no es casualidad. Tiene sus causas y en la ADA que en éstos últimos 5 años ha ganado todo en Albardón, reconquistar el cetro de la Copa de Campeones logrado en 2015 era obsesión. Y ahora, a más de un año de haberlo perdido contra San Lorenzo de Rodeo, la Escuela Albardonera volvió a reconquistar su corona. Fue con victoria ante el muy buen equipo de Defensores de Boca Juniors de Los Berros, integrante del Federal B, que dio pelea y que recién en esta edición 2017 perdió sus únicos dos partidos en la serie final.
Pero la ADA hizo lo suyo. En la ida, ganando 1-0 con el gol del Tanque Ríos y este domingo, en la revancha, ganando otra vez por 1-0 con un gol del Kano Mercado, un goleador sutil que no perdona. Pero antes hubo una final intensa, polémica, caliente.
Con tres expulsados en Defensores y con un marco apasionante que al final tuvo que rendirse ante el orden, el oficio y la experiencia de la ADA que siempre supo qué partido jugar para ser el mejor del interior sanjuanino en la edición 51 de la copa que nació en la redacción de DIARIO DE CUYO en 1966.
La presión, de entrada, sería de Defensores que entró acelerado. Demasiado como para pensar mejor el partido pero fue al frente y quiso igualar las cosas rápido. A los 2’ Sebastián Méndez tuvo la primera chance pero demoró su remate y desperdició ese momento. Le respondió la ADA con un tiro libre pero luego de ese arranque prometedor empezaron los roces, las protestas y las tarjetas. Hubo un foul fuerte de Giménez sobre Ruiz y el árbitro Lemos amonestó al defensor de Defensores pero se le arremolinaron los jugadores de Boca, lo empujaron y el juez no se decidió a expulsar a nadie. Ese error, esa duda, llevó a que el partido se hiciera más conversado que jugado. Y claro, con tanta protesta en cada roce, todo se desvirtuó. Llegó el minuto 30’ y Defensores se quedó sin Angel Paez por una absurda agresión a Paratore, pero además desde el banco protestó Augusto González y también se fue expulsado.
En el complemento, Bracamonte (que dirigirá a Boca en el Federal) decidió meter a Ever Lucero y se jugó el resto. Boca presionó pero no pudo crear ocasiones netas más allá de las corridas de Parra o la potencia de Méndez. Iba porque tenia que ir pero lentamente se fue quedando sin argumentos.
Entonces, la gran figura de la cancha que fue Juan Ruiz se adueñó de la final. La pidió, la manejó, buscó los mejores espacios y cuando pudo metió los pases de gol que dos veces Mercado dilapidó. De tanto ir, Defensores se desprotegió y eso, ante la ADA es suicidio.
Hubo sobre los 40’ un ataque que terminó en corner y Alejandro Mercado, en un anticipo que dejó mal parado al eficiente Gimenez, sorprendió a Cristian Espinoza para poner el 1-0 lapidario. Era gol de campeonato. Quedó tiempo para una expulsión más por impotencia en Boca y Parra que la ADA dejara más que claro que cuatro finales seguidas no se juegan siempre y que ganar dos títulos no es casualidad.
Claves
Orden
Ante la ansiedad de Defensores de Boca por revertir rápidamente el 0-1 de la primera final, la ADA trató de mantener el orden en todo momento, teniendo en Juan Ruiz al mejor intérprete para tener la pelota.
Ansiedad
La condena de Defensores estuvo en su ansiedad mezclada con desesperación. Entró pasado de vueltas, acelerado y dejando de lado sus mejores armas que son la velocidad de sus puntas o la entrega de Frías.
Contundencia
La ADA supo aprovechar su chance. Alejandro Mercado había tenido dos opciones que no pudo resolver hasta que llegó el momento decisivo y en un anticipo mortal puso el 1-0 que significó campeonato.