Desde el 21 de diciembre de 2015, fecha en la que se firmó la Declaración de Asunción sobre Corredores Bioceánicos, el proyecto del corredor central que une Porto Alegre, en Brasil, con Coquimbo en Chile, pasando por el centro de Argentina y por provincias como San Juan, ha dado mucho que hablar y es mucho también lo que hemos escuchado de esta gran obra que ha quedado detenida en el tiempo por diversos factores entre ellos la imposibilidad de concretar el Túnel por el Paso de Agua Negra.
El esfuerzo que hizo la provincia de San Juan para construir el tramo de la Ruta 150 -camino internacional a Chile- desde Patquía, en La Rioja, hasta el límite con Chile, en plena cordillera de los Andes, demuestra el interés que siempre existió por este corredor que, de haberse concretado oportunamente, ya estaría posibilitando un intenso intercambio comercial en una de las regiones con mayor potencial económico de Latinoamérica.
Este año, casi todos los pasos fronterizos han tenido problemas vinculados con las condiciones climáticas. Cierres temporales, en ocasiones por varios días, han provocado numerosos inconvenientes, entre ellos la pérdida de cargas completas de productos de exportación, que tenían como destino los puertos chilenos para, desde esos sitios, salir por el Océano Pacífico hacia mercados como China y la India.
El Corredor Bioceánico Central, que utiliza el paso de Agua Negra para llegar a Chile, tiene características únicas, ya que es una vía que nace en el Océano Atlántico, en Porto Alegre, Brasil, se encamina hacia el Oeste pasando por todo el centro de la Argentina, y llega a San Juan donde las inversiones que se han tenido que realizar son varias veces millonarias. Es en nuestra provincia donde busca superar la cordillera de los Andes a través de un túnel ubicado a 4.780 metros sobre el nivel del mar que, según señalan los expertos, puede estar habilitado todo el año, sin que sea afectado por las nevadas. Esa es una de las grandes ventajas de este camino que a pesar de los avances no se termina de consolidar, faltando algunos tramos y lo que es de fundamental importancia el túnel.
Es una realidad que a las nuevas autoridades de gobierno, que tendremos a partir de diciembre, ya sean provinciales o nacionales, les costará mucho retomar esta iniciativa. Pero también es cierto que se trata de una obra que tarde o temprano debe concretarse, por la importancia económica que posee, pero también por todo lo demás que implica en materia de desarrollo turístico y vinculación de los pueblos.
Muchas administraciones han dejado el camino marcado hacia la concreción del Corredor Bioceánico, quienes las sucedan deberán retomar este gran proyecto con el convencimiento de la importancia que tiene para las tres naciones intervinientes y para nuestra provincia, en particular, al tratarse de un vínculo que traerá progreso y desarrollo.
