Cristiano Ronaldo fue constantemente noticia durante la crisis por el coronavirus. Primero, porque tras el último partido de la Juventus (victoria ante el Inter por la Serie A de Italia), se trasladó a la isla de Madeira para acompañar a su madre, Dolores Aveiro, quien sufrió un ACV. Y jamás regresó a Italia luego de que tres de sus compañeros (Daniele Rugani, Blaise Matuidi y Paulo Dybala) dieron positivo el test de COVID-19. Luego, primero su pareja, Georgina Rodríguez, y luego la familia completas, fueron acusados de vulnerar el aislamiento social para ir de compras o dar un pase…

Pero el delantero portugués, de 35 años, también concitó la atención por buenos gestos, como la donación a los hospitales de Lisboa o Porto de material sanitario para hacerle frente a la enfermedad. O a partir de su siempre exigente entrenamiento en su mansión en Fuchal, la capital de Madeira.

Hace una semana, Katia Aveiro, una de sus hermanas, publicó una foto junto a la estrella de la Juventus luego de lo que pareció haber sido un día de dura ejercitación; con el atacante exhibiendo su torso trabajado. “¡Y seguimos luchando, en casa, en familia y cuidando el cuerpo y la mente”, escribió la hermana del futbolista.

La fotografía recibió más de 88 mil likes y miles de comentarios, varios de ellos comparando a Ronaldo con Superman, debido a sus músculos. Evidentemente, el artillero europeo disfruta de las miradas sobre su físico, una de las armas que explican su vigencia.

Pues bien, CR7 repitió la iniciativa: posteó en su cuenta de Instagram una imagen en el gimnasio, con los abdominales en exhibición y la mirada en el suelo, como intentando recuperar el aliento tras una jornada de intenso entrenamiento. “Inspira, exhala. Sigue activo. Manterse en casa salva vidas”, escribió junto a la imagen, que cosechó más de 9 millones de “Me Gusta” en apenas ocho horas.

Uno de los que comentó la foto fue Marcelo, su ex compañero en el Real Madrid. El lateral brasileño lo acusó de “meter panza” para que la foto sea perfecta desde lo estético. “Jajaja, respira garoto”, le recomendó.