A pesar de las mejores relaciones de precio leche-maíz y las buenas tasas de crecimiento de los recursos forrajeros, la baja sería del -8,4%. Luego de un 2016 donde los costos se dispararon y las inclemencias climáticas impactaron negativamente en la producción, hoy el sector lechero argentino se encuentra atravesando cierto grado de recuperación que le permite gestionar el impacto productivo y económico que dejó la crisis del 2016.

Sin estar en un momento óptimo, el sector se encuentra atravesando cierta estabilidad. A partir de los factores mencionados anteriormente, la producción intermensual viene aumentando en los últimos 6 meses, acorde a lo esperado para esta época del año, mejorando así los números de las empresas lecheras. Este aumento en la producción de primavera les está dando un respiro a los productores, aunque no es una condición suficiente para mejorar el resultado económico de las empresas. Si el precio por litro en términos reales hubiera acompañado, la situación sería mejor aún todavía. En los últimos 6 meses, el precio nominal pagado al productor mostró un aumento del 5,1 %, ubicando el mismo en 5,74 $/l para el mes de octubre. Ahora cuando se ajustaba este precio por inflación, durante ese mismo período, el mismo decreció un 2,8%.

Hoy existen cuestiones estructurales del negocio y el contexto que aún no están resueltas y obligan al productor ajustar sus sistemas de producción para lograr la máxima eficiencia. El mismo tienen que hacerse de todas las herramientas, ya sean técnicas, económicas o de gestión empresarial, para sobrellevar esta realidad.

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