La lluvia persistente de hace unos días los obligó a trabajar sin descanso y a poner en práctica la creatividad. La tarea no fue sencilla, pero tenía un noble fin: armar casuchas a contrarreloj con restos de madera y nailon para poder proteger a los perros del mal clima. Son Cecilia Montaño y Miguel Sisterna, un joven matrimonio, que creó un refugio para animales callejeros a puro pulmón y que necesita ayuda para poder mantenerlo. Actualmente albergan en este lugar a 40 perros abandonados, enfermos y con alguna discapacidad física que necesitan no sólo cuidados, sino también afecto.
Por amor a los animales son capaces de hacer cualquier sacrificio. Es por eso que hasta decidieron mudarse de casa y vivir en un lugar apartado de la gente para no molestar con los ladridos de los perros. Alquilaron una finca en Chimbas que cumplía con todos los requisitos, sobre todo que tenía mucho espacio abierto para que los canes puedan corretear y sentirse libres. "Nuestro objetivo es darles amor, contención, protección y una mejor calidad de vida. Por eso decidimos mudarnos a esta finca para poder tenerlos con comodidad. Hay muchos perros abandonados que necesitan un lugar donde recibir cuidados y comida", dijo Cecilia Montaño.
Cecilia y Miguel sostienen con recursos propios y muy poca ayuda, a 40 perros.
Actualmente hay 40 perros albergados en "La casita de tronquito", nombre con el que este matrimonio bautizó al refugio, en homenaje a su mascota que ya falleció. La mayoría llegó al lugar en malas condiciones de salud, desnutrición, sarna y otros trastornos como quebraduras y heridas por las que tuvieron que amputar alguna pata. Pero, de a poco, fueron recuperando su salud y alegría. "En el refugio no los encerramos en caniles y pueden recorrer el espacio libremente. Por eso necesitamos material para cerrar todo el perímetro y también para construirles casuchas donde puedan dormir cuando llueve o hace frío. Cualquier ayuda es bien recibida", dijo la joven.
Restos de maderas, pallets, palos, nailon y hasta botellas de plásticos son útiles para colaborar con el refugio que por el momento se sostiene en un 90% con el aporte y esfuerzo de este matrimonio y en un 10% a la colaboración de la gente. Cecilia dijo que cuentan con algunos socios que donan 200 pesos al mes para la comida y medicación de los animales, pero obviamente el monto que reúnen no resulta suficiente como para hacerle frente a los 40 animales que cuidan en su propia vivienda. "Agradecemos infinitamente esta ayuda para poder continuar con este proyecto. Ojalá que más gente se sume con su colaboración porque una vez que tengamos acondicionado el lugar también vamos a comenzar a albergar gatos abandonados. La idea es que el refugio también sea un centro de adopción para que estos animalitos consigan un hogar", sostuvo Cecilia, esperanzada en poder recibir auxilio de personas que quieran colaborar con ellos para continuar llevando adelante este proyecto.
La iniciativa del refugio tuvo su inicio hace aproximadamente 7 años. Fue cuando Cecilia comenzó a ir a la Quebrada de Zonda a alimentar y curar a los perros abandonados en la zona del Jardín de los Poetas, donde pululan estos animales que la gente abandona con frecuencia. Como no podía viajar seguido para cumplir con esta misión, decidió traer a 5 perros adultos y enfermos a su propia morada. Luego, por la falta de espacio, los alojó en una guardería donde pagaba 150 pesos por cada uno y por día. Como sus recursos económicos no eran suficientes para continuar pagando por este servicio, decidieron con Miguel alquilar y mudarse a la finca donde actualmente residen para iniciar el refugio y poder cuidar personalmente a los animales que lleguen al lugar, y sin límite de cupo.
Las vías de colaboración
Quienes quieran colaborar con el refugio"La casita de tronquito", en Chimbas, con materiales como maderas, palos, pallets, nailon, botellas de plástico, alimento para perros o dinero para su atención veterinaria y medicación, pueden llamar o enviar un Whatsapp al 2645472761. También se recibe polenta, arroz, fideos, restos de carnes y verduras para poder cocinarles una comida nutritiva, especialmente a los animales que se están recuperando de la desnutrición y otras enfermedades.