La cantidad madres que cuidan solas a sus hijos y que a la par trabajan fuera de su hogar se incrementó en los últimos 20 años, mientras que descendió en forma abrupta la denominada familia tradicional, pero las políticas públicas ‘continúan respondiendo‘ a este último esquema, según un informe
del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
El reporte difundido detalla que entre 1986 y 2018 aumentaron los casos de madres que crían solas a sus hijos del 12 al 19 % y que mayormente “se trata de madres que no han elegido voluntariamente criar solas y que enfrentan las responsabilidades de la maternidad junto con su trabajo fuera del hogar”.
En tanto, las llamadas familias tradicionales, compuesta por madre, padre e hijos, disminuyó de un 47 a un 35% mientras que también se redujo la proporción de las llamadas “familias extendidas” (por ejemplo, con tíos y abuelos) con hijos. Además, los hogares con un solo proveedor varón disminuyeron significativamente, de 65% en 1986 a 35% en 2018, mientras que aumentaron los hogares de dos proveedores en el mismo período (de 29% a 40%).
Cippec detalló que si se toman sólo los hogares de menores recursos estas proporciones se incrementan.
La cantidad de familias con un solo adulto a cargo se duplicó de 14 a 31%, mientras que las familias tradicionales cayó 15 puntos, de 60 a 45%.
En las familias de mejores ingresos, casi se duplicó el porcentaje de hogares con una sola persona a cargo o sin hijos, pasando de 32 a 60, mientras que las tradicionales descendieron del 40% en 1986 a 26 en el 2018.
Además, la amplia mayoría de los hogares de menos ingresos siguen estando compuestos por familias con hijos (en 1986, el 86% de los hogares tenían hijos; en 2018, el 87%), mientras que en los de más ingresos disminuyó de manera
pronunciada, de un 58 a un 36% El Cippec destacó que el crecimiento de los hogares monoparentales y con dos proveedores resalta la necesidad de crear ‘esquemas de políticas de cudado que promuevan un sistema de corresponsabilidad social que fomente una distribución más equitativa entre
mujeres y varones del trabajo vinculado a la crianza, el cuidado y a las tareas domésticas”. Y agregan que “el Estado debe tener un rol activo en garantizar el derecho de las personas a cuidar y ser cuidadas.
Esta necesidad se vuelve aún más acuciante en los hogares de menor nivel de ingresos, que cuentan con menos recursos para afrontar el cuidado de manera privada”.
Para ello, solicitaron “ampliar la cobertura de espacios de crianza, enseñanza y cuidado de calidad dirigidos a la infancia” y “modificar el régimen de licencias
por nacimiento o adopción para que sea universal, promueva la coparentalidad que sea adaptable a los distintos tipos de conformaciones familiares”. Una adolescente da a luz en la Argentina cada seis minutos.