Para el estilista Fredi Robledo (49), la reaparición de Rubén Ariel Arias (44) había provocado un profundo impacto emocional en su vida, por partida doble. Ambos habían tenido una relación sentimental cuando eran adolescentes y vivían en el barrio Edilco, en Rawson. Desde entonces para Fredi, el “Coreano” se convirtió en “el amor de su vida” y no podía estar más feliz después de su regreso de Buenos Aires y encontrarse con él en octubre del año pasado. La contracara de ese fuerte sentimiento fue tener que soportar la adicción a la cocaína de Arias, al punto de que en alguna ocasión le sostuvo el brazo para que se inyectara o debió pedirle, sin éxito, a uno de los dos remiseros que contrataba ir a comprar droga. Los íntimos del peluquero aseguran que, pese a todo, Robledo estaba cansado de la situación que incluía varios hechos de violencia, aunque soportaba porque su intención final era ayudarlo para sacarlo de ese problema. Pero no pudo y murió en el intento.
Para el juez de Instrucción Guillermo Adárvez quedó claro que el 13 de abril pasado, Arias atacó con la pata de madera de una mesa a Fredi, hundiéndole el cráneo y huyó del departamento de Robledo en Entre Ríos al 1232 Sur, con varias cosas de la víctima, como dos pantalones, una remera, una camisa, el teléfono y las llaves de la casa, dejándolo encerrado.
Así lo halló su hermano el 14 de abril en la tarde, deshidratado y muy grave, tanto, que no pudo recuperarse en el hospital y perdió la vida el pasado 23 de agosto.
Por eso el juez procesó con prisión preventiva a Arias por homicidio simple y robo, ordenando además un embargo de un millón en sus bienes. En su resolución, el magistrado dejó planteada su sospecha de que Arias pudo matar a Robledo porque no le dio plata para comprar droga.
Y para sostener esa teoría tuvo en cuenta otras situaciones, como el hecho de que el padre de Arias lo echara de su taller por quedarse con el cobro de un trabajo, porque ya en otra ocasión, el 26 de diciembre del año pasado, había dejado encerrado a Robledo a causa de su negativa de solventar su adicción. Y porque la última pareja mujer de Arias también lo había ultimado a que no se drogara en su casa, pues no quería ese tipo de ejemplo para sus hijos, dijeron fuentes judiciales.
Es más, esta mujer fue una pieza clave en la incriminación del “Coreano” pues declaró que lo vio salir de su casa el 12 de abril sin nada y regresar, tras el ataque, con un bolso con ropa, que era de Robledo. También fueron pruebas importantes para el juez el hecho de encontrar una campera de Arias y sus huellas dactilares en la casa de la víctima.
En su favor, Arias intentó desligarse al decir que el propio Robledo le comentó haber sufrido una situación violenta con un remisero o un taxista. O asegurar que la ropa que llevó a la casa de su última pareja mujer se la había dado la víctima. Sin embargo para el juez, sus versiones fueron meros intentos defensivos.
Como el caso del boxeador Amílcar Funes
Un caso calcado al de Robledo fue resuelto por el juez Adárvez en agosto pasado. Es el que involucra al otrora multilaureado boxeador caucetero Amílcar Funes (35) como presunto homicida del peluquero Sergio Rafael Montenegro (35) en la peluquería que la víctima tenía en avenida De los Ríos casi Córdoba, la madrugada del 3 de junio del año pasado. Según el juez, esa madrugada Funes llegó con uno de sus pupilos (entonces de 17 años) y luego de beber y escuchar música, comenzó a exigirle droga o plata para comprarla a Montenegro. Como se negó, lo golpeó, pelearon, y finalmente Funes lo noqueó a golpes con un cenicero. Le dio muerte por sofocación, tapándole el rostro con una almohada.