Referentes del sector comercial creen que la salida de Falabella tras 24 años en la provincia -abrió en 1997- será desfavorable para el microcentro sanjuanino. La gran tienda está ubicada en un lugar estratégico de la Peatonal, y aseguran que ejerce atracción tanto a sanjuaninos y turistas, y que cuando no esté, afectará a otros servicios y comercios gastronómicos que se sostienen de esa clientela. Ayer la compañía confirmó a través de un escueto comunicado, que "en el contexto del plan que Falabella está llevando a cabo para hacer sustentable la operación de sus filiales en Argentina", cerrará las tiendas de San Juan, de Córdoba y de Mendoza. "Este proceso contempla un plan de retiro voluntario para todos los colaboradores de las tiendas que cesarán sus actividades", finaliza. Antes del mediodía, tras una reunión entre gerentes de la filial local con el Sindicato Empleados de Comercio; los 90 empleados fueron notificados del cierre que se producirá a fines de marzo (ver recuadro). Pero al efecto negativo por la pérdida de empleos dicen que traerá desventajas sobre la actividad comercial en la Peatonal. Carlos Otto, vicepresidente de Comercio, de la Federación Económica dijo que su cierre, sumado al de muchos otros locales vacíos, atentará contra la presencia de gente en el microcentro. "Es un achatamiento en la oferta del comercio y los servicios" que deberán analizar en profundidad entre el municipio de Capital, el Gobierno provincial y los sectores empresariales. "Esos locales de gran superficie son centro de atracción y permitían el funcionamiento de otros servicios o comercios, y además va a ser muy difícil la incorporación de toda esa mano de obra de calidad en las actuales condiciones", añadió el comerciante.
Marcelo Quiroga, referente de Comerciantes Unidos, anheló que aparezca algún inversor de último momento que rescate la empresa ya que cree que el cierre será negativo para la Peatonal que es la carta de presentación del comercio y turismo en San Juan. "Está ubicada en un punto estratégico que invitaba a sanjuaninos y turistas a visitar el centro, esto será un golpe más para los comercios y gastronómicos de la zona que también se nutren de esta clientela", opinó. Dijo que aunque es una firma extranjera, "miles de proveedores textiles quedarán sin su cliente principal", y se lamentó por las familias que quedarán en la calle, ya que si bien tendrán su retiro voluntario, "nada es suficiente a la hora de estar sin trabajo que es lo más digno de una persona". Por su lado, Hermes Rodríguez, presidente de la Cámara de Comercio, no cree que la retirada de la tienda vaya a perjudicar a la zona y opinó que la clientela vacante se va a repartir entre el resto de negocios. Tampoco le preocupa tanto el gran salón que quedará vació porque esta esperanzado en que Falabella -que lo compró en 1997 a la familia Morchio-, seguramente lo van a vender "y esperemos que vuelva a ocuparse con un negocio de similares características, quizá puede surgir hasta algún inversor sanjuanino", dijo. "Cuando cerró Casa Chait preocupó que quedara una gran mole en el centro y luego vino Falabella, ahora va a pasar lo mismo", opinó. Rodríguez en cambio enfatizó que la noticia "más impactante y preocupante por lo económico, es la de 100 personas, familias que se quedan sin trabajo. Hoy la situación es compleja y no debe ser fácil conseguir trabajo para esa cantidad de empleados". También mencionó las dudas sobre la tarjeta de crédito CMR que es muy usada.
"Es una mala noticia y tendría que llamar más la atención sobre la crisis que se vive", dijo Dario Minnozzi, titular del Centro Comercial de San Juan quien adjudicó la retirada a la caída de ventas sostenida que viene teniendo el comercio. Dijo que ve difícil la recuperación del sector si no hay un apoyo fiscal para seguir sosteniendo la estructura comercial, y un plan oficial para sostener empleos, porque junto con Falabella también están cerrando casi 400 comercios en la provincia.
Empleados, tristes y con incertidumbre
En grupos de dos o tres, con caras largas, ayer antes del mediodía los empleados lamentaban la noticia que les acababan de confirmar, de que se bajan las persianas y tienen 60 días para adherir al retiro voluntario. "Es muy triste, llevo 15 años y te cuesta dar vuelta la página" dijo Jorge, uno de los empleados. "Yo todavía no caigo. Habían rumores, sí, pero no nos confirmaban nada y teníamos esperanzas" dijo Mariela, que tiene dos hijos a cargo. "Además los clientes no quieren que nos vayamos porque la mercadería que hay acá no está en ningún lado", repetía una compañera. "Ahora, a empezar a buscar algo nuevo, pero tengo la esperanza de que se arregle" decía otro en el área electrónica. Moral, la titular del SEC, dijo que los directivos aseguraron que los retiros voluntarios serán "con ofrecimientos superadores de acuerdos anteriores, tendrán un tiempo más la obra social y van a cobrar el seguro de despido".