El juez Benedicto Correa descartó por completo que la cuchillada que mató a Alfredo Yamil Turcumán (28) haya sido producto de un accidente doméstico o una acción en defensa propia por parte de su mujer. Por contrario, el magistrado entendió que Claudia Moya actuó con dolo la noche del 13 de junio último, cuando le clavó a su marido ese cuchillazo en el corazón que le causó la muerte 9 días después, y por eso ayer la procesó por un delito que tiene pena de prisión perpetua. En su resolución dictó la prisión preventiva, pero aclaró que debe resolver el pedido de prisión domiciliaria que presentó la defensa de la joven madre de dos niñas.
El juez del Quinto Juzgado de Instrucción notificó ayer a Claudia Antonella Moya (23) del procesamiento por homicidio agravado por el vínculo y un embargo de 500.000 pesos. No se conoció el contenido de la resolución, pero el magistrado explicó que en base a las pruebas descartaron las hipótesis de que Turcumán se haya herido solo al querer reparar una puerta (como dijo la acusada, en principio), que la mujer lo agrediera por defenderse o que ésta haya actuado con premeditación.
Todo se dio en un contexto de una relación conflictiva y donde existían agresiones mutuas en la pareja que vivía en la calle Abraham Tapia, en Trinidad, Capital, explicó. "No puedo decir que solamente Turcumán era el destinatario de las agresiones. Tengo testigos que indican que, alguna vez, a Moya la vieron con lesiones. Lo que sí, la noche del día 13 (de junio) hubo un clima de discusión, pero no pasó de una discusión verbal. En el informe médico que se hace el día después a Moya, no hay signos compatibles con una lucha o con una agresión física. Por el contrario, Moya tiene un corte en un dedo que es compatible con un arma blanca y por lo tanto entiendo que, quien empuñó un arma esa noche, fue ella", señaló el juez Correa.
También señaló que Moya después intentó instalar la versión del accidente o de la defensa propia, tal como revela la grabación del llamado que hizo el propio Turcumán al 911 pidiendo ayuda, en la cual se escucha a Moya, de fondo, gritando: "Golpeador, hijo de p…".
Moya está embarazada y por eso su defensa pidió la prisión domiciliaria