Matías Morla, el abogado de la familia del empresario Roberto Fernández Montes, asesinado el sábado en el barrio porteño de Caballito, aseguró ayer que “al crimen lo vienen planificando hace seis meses”, y que está convencido de que si en la casa hubiera estado la hija menor de la víctima, también la habrían matado.
‘En agosto pasado, Santiago Corona (34) sacó una póliza de seguro de vida para su suegro, en la que él mismo era beneficiario, pero por más que lo cobre, va a estar todos los días preso’, dijo el letrado.
Los investigadores del caso realizaron ayer diversas diligencias para intentar localizar y detener al carnicero paraguayo Pedro Ramón Fernández Torres (50), supuesto autor material del crimen.
Antes de que se supiera del carnicero, los pesquisas sospecharon y metieron preso a un mecánico que trabajaba para víctima, César Ricardo Arce López (43), que ayer seguía detenido pero ya con muchas posibilidades de ser excarcelado.
Morla llegó ayer a hablar con el juez acompañado de la hija menor del empresario de origen español, Giselle, pues tanto ella como la esposa de Corona reciben amenazas, ‘para que no hablen más’, dijo el abogado.
Fernández Montes era dueño de una empresa de la construcción en la que trabajaba también su yerno, a quien echó al descubrir que lo había estafado en más de un millón de pesos. La principal hipótesis de la investigación es que Corona planeó el crimen de su suegro, para evitar que lo denunciara.
Fue la propia hija de la víctima quien descubrió que Corona y otro sujeto habían sido los asesinos, por los videos de las cámaras de seguridad del edificio.