Militantes afines al kirchnerismo permanecían hoy en la esquina de Juncal y Uruguay de la Ciudad de Buenos Aires a la espera de la llegada de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a su domicilio, quien arribó cerca de las 20 acompañada por su custodia y se acercó a saludar a los militantes que la aguardaban desde temprano en el lugar.

Fernández de Kirchner había salido luego del mediodía de su casa en el barrio de Recoleta, donde durante la tarde se sumaron más manifestantes para expresarle su apoyo y acceder a la oportunidad de recibir un saludo, tomarle la mano o fotografiarse junto a la titular del Senado.

Ayer por la tarde la Policía porteña reprimió a los manifestantes que se encontraban en las inmediaciones del domicilio de la expresidenta, entre ellos su hijo y diputado nacional del Frente de Todos (FdT) Máximo Kirchner, que fue agredido por efectivos policiales.

Más tarde, esa misma noche, la vicepresidenta dio un breve discurso a la militancia en la esquina de Recoleta, donde señaló que "el único lugar donde se produjo violencia fue en la Ciudad de Buenos Aires", y le pidió a sus seguidores que "vayan a descansar porque ha sido un largo día".