Después de alzarse con un premio Estrella de Mar con Fátima es Camaleónica en Mar del Plata y aterrizar en Miami por primera vez para hacer gala de su talento, Fátima Florez dará inicio a su gira nacional el próximo 23 de junio en San Juan, acompañada de Julián Labruna en la coconducción y el joven tiktoker Iván Ramírez en humor, bailarines, músicos y un gran despliegue de efectos.
Antes de su presentación en el Teatro Sarmiento, la multifacética actriz, cantante e imitadora, que se lanzó con su propia compañía en 2013 junto a su pareja Norberto Marcos como productor, dialogó con DIARIO DE CUYO sobre el machismo en el rubro, las dificultades que deben sortear las humoristas y la falta de capocómicas en la escena argentina.
– ¿Cómo decidiste crear tu propio show?
– Yo agradezco al público porque ellos me pusieron en el lugar que estoy. No fue fácil, más siendo mujer. Soy una pionera.
– ¿Qué prejuicios debiste enfrentar?
– El ambiente era muy machista. Hasta hace 10 años, los hombres eran las estrellas que elegían a las mujeres. Cuando empecé me dijeron que las mujeres no hacíamos reír o que las mujeres no cortan tickets, entre otras cosas.
– ¿Qué es lo que te impulsó?
– Más allá de lo que me dijeron, yo siempre aposté a mis sueños, siempre creí en mí. Aunque a veces se dificulta con los miedos y lo que te dicen, pesa mucho la pasión y la vocación.
– ¿Cómo fue la concreción de ese deseo?
– Mis comienzos no fueron fáciles, hubo que remar, lanzarse, animarse. Aunque saliera bien o mal, había que jugarse. Así nació Única. Pusimos todos los ahorros que teníamos con Norberto y los invertimos.
– ¿Y te abrió puertas?
– Dios siempre me acompaña y me escucha. Nos iba bien sí, pero a los dos meses debuté en el programa de Lanata haciendo a Cristina Fernández y explotó todo.
– ¿Qué sucedió en aquel entonces cuando vieron a una mujer contratando su propio staff?
– Y había de todo, gente que creyó en mí y gente que no y prefirió ser contratado por un hombre y después le fue mal (risas)
– ¿Qué cualidades se les exigen a las humoristas?
– A la mujer siempre se le exigió mucho más que al hombre, que se ponía una peluca, hacía algo y ¡Guau!. En cambio, el ojo se ponía más crítico con la mujer. Pero eso nos obligó a crecer. Hoy, todo evolucionó. Las mujeres nos hemos ganado un lugar que antes no teníamos. Eso también pasó con el tema sueldos, el hombre siempre ganó más que la mujer, hasta cinco veces más. Pero ya está cambiando.
– ¿Te pasó a vos?
– Sí. Me pasó. Una vez me enteré que ganaba mucho menos que colegas hombres. Me dije: "Esto no puede ser, estoy haciendo un papel más importante que ellos". Y me lo reconocieron, por suerte.
– ¿Dónde fue?
– No puedo decir (risas)
"Hoy, todo evolucionó. Las mujeres nos hemos ganado un lugar que antes no teníamos. Eso también pasó con el tema sueldos, el hombre siempre ganó más que la mujer, hasta cinco veces más. Pero ya está cambiando"
– ¿Te sentiste cosificada antes de tener tu propio elenco?
– Empecé muy joven, cuando ya estaba con mi marido. Siempre estuve acompañada por él, era más grande que yo y me sentí protegida. Ahora, las miradas han cambiado mucho en el mundo entero.
– ¿Viviste situaciones incómodas como parte de otras compañías?
– Y sí, viví situaciones duras de maltrato, bulling y abusos de poder.
– ¿Quién te maltrató?
– Cuando uno recién empieza y necesita trabajar, calla y baja la cabeza, pero eso ya es parte de la historia.
– ¿Cambió el humor con la visibilización de la lucha de la mujer por sus derechos?
– Antes se hacían chistes que eran ofensivos y, hoy, nos damos cuenta que habíamos naturalizado ciertas situaciones. Ahora, como sociedad nos dimos cuenta de eso ya no va.
– ¿En tu carrera tuviste que reinventarte?
– No. Lo mío siempre fue muy familiar, nunca me reí de otra mujer. Incluso a mis personajes los cuido mucho. Cualquiera se puede equivocar, pero nunca tuve enojos con las mujeres que interpreto.
– ¿Una humorista tiene más trabas para mantenerse en cartelera?
– Hoy, todo se equilibró. No tendría el lugar que tengo desde hace años.
– ¿Cuál es el secreto para convertirse en capocómica?
– Nadie tiene la receta para el éxito sino todos los productores la comprarían y la pondrían en escena. El teatro es mágico, a veces, espectáculos chiquitos pueden ser súper éxitos y las mega producciones, no. En mi caso, tengo olfato popular y me gusta sentir qué tiene ganas de ver la gente en el escenario, eso forma parte de una entrega muy grande como actriz, cantante y bailarina. Y en este show habrá muchas sorpresas, unos musicales increíbles con Isabel Pantoja. Valeria Lynch, Patricia Sosa, Tini, las divas de la cumbia, de la tele y de Las Vegas. Y otros nuevos internacionales para volver a Miami en septiembre, luego de colgar el cartel de "sould out" y tener que agregar funciones en mi debut.
– ¿Por qué no existen muchas capocómicas?
– No sé. En general, hay muchas comedias con varios personajes porque es más fácil, quizás. Esto, en cambio, es toda una movida, una inversión.
– Pesa lo económico…
– Y tomar riesgos. Yo escucho mi corazón y voy para adelante. No tengo miedo al ridículo.
– ¿Cuál es tu consejo para las artistas del género?
– Que se animen y se la jueguen.
– ¿Mirándote al espejo como ves a Fátima hoy?
– Me sorprende todo lo que me ha pasado en mi carrera, cuando empecé con Pepe Cibrián era bailarina aunque siempre me las arreglé para estar adelante y en las giras contaba chistes y hacía imitaciones. Así empecé. De pronto, eso se convirtió en mi profesión.
– ¿Cuesta la fama?
– Sí. Y lo que cuesta vale. Cuando la fama llega de un día para el otro, uno no está preparado. Hay que estar con los pies firmes, estudiando y perfeccionándose.
– ¿Y si no es así?
– Si no te queda grande el sillón. La fama se va como la espuma…
Dato
Show 23 de junio en Teatro Sarmiento. Entradas en Hoffman (Gral. Acha pasando 25 de Mayo) y www.entradaweb.com a: $3.000, $2.800, $2.500 y $2.000.