Ya es hora. Argentina le ganó por última vez a Brasil de manera oficial en el 2005. Fue en Núñez, por las Eliminatorias con un 3-1 marcando Román Riquelme el segundo.

En los clásicos se suele decir que "cualquier cosa puede suceder" porque "son partidos aparte". Es cierto. Pero también es verdadero, que a priori, un análisis más detallado puede marcar cuál equipo tiene mayor favoritismo, más allá que luego se pueda concretar o no dentro del campo de juego. Sin dudas, mañana en el Mineirao (a las 21.30 horas), Argentina irá de punto en el clásico sudamericano ante Brasil por una semifinal de la Copa América. ¿Eso quiere decir que no hay chances de meterse en la final para Scaloni y sus muchachos? Para nada.

La historia es una clara muestra de lo difícil que fue siempre para la albiceleste triunfar en tierras del "carnaval eterno". En partidos oficiales, sólo una vez Argentina celebró en las diez ocasiones que se toparon. El resto: ocho victorias de la verdeamarella y un empate.

La alegría nacional fue en 1964 en la ya desaparecida Copa de las Naciones mediante los goles de Roberto Telch (2) y Ermindo Ortega.

Único. La Selección sólo ganó en Brasil de manera oficial en la Copa de las Naciones de 1964. En el resto del historial de visitante encadenó ocho derrotas y un empate.

 

Más aún, en el estadio donde mañana se definirá el primer finalista, la albiceleste jamás triunfó: cuatro caídas y un empate es la estadística tan esquiva. Aunque, Argentina podrá llegar a la final sin necesidad de ganar, ya que si hay igualdad en los 90" luego se disputará un alargue de 15" cada uno y si persiste la paridad, se ejecutarán los penales.

Los fríos números son relativos, pero marcan una tendencia como mínimo. Y en este último tiempo, Brasil ha sido superior en los mano a mano. De ahí, que se entienda que hace 14 años que Argentina no celebra en un clásico "oficial". Fue el 8 de junio del 2005 por las Eliminatorias en el estadio de River: 3-1 con los tantos de Hernán Crespo (2) y aquel zurdazo que aún se recuerda de un tal Román Riquelme, que por entonces lucía la camiseta número 8 en su espalda. Del lado visitante estaban auténticos cracks como Roberto Carlos, Rivaldo y Ronaldinho, entre otros.

Es así que salvo en amistosos, Argentina en los clásicos estuvo lejos de su mejor versión.

Claro que la historia marca que en mundiales solo se toparon una vez en eliminatorias mano a mano y ahí es imposible no recordarlo: en "Italia 1990" y por octavos de final, en Turín, Diego Maradona agrandó su leyenda en la selección con aquel pase a Claudio Caniggia quien todavía está haciendo revolcar a Taffarel para el eterno 1-0 en un partido donde los dirigidos por Carlos Bilardo recibieron cuatro pelotas en los palos y tuvieron que padecer más de una docena de chances de gol en contra. Es también legendaria la charla táctica tan breve como directa del Narigón a sus muchachos: "Lo único que les voy a decir es que si siguen dándole la pelota a los de amarillo vamos a perder", fue su discurso irónico.

Mañana será otra la historia. Con una Argentina que transita el camino de la reconstrucción y una Brasil que armó todo para quedarse con una nueva Copa América organizada por ellos, como ocurrió siempre en la historia. Si el fútbol fuera siempre lógico, Messi y compañía no tendrían ningún opción. Por suerte, el deporte más popular del planeta cuenta con ese ingrediente que lo hace único. Ojalá que, una vez más, salte la banca…

 

Apuestas

Para las casas de apuestas, la Argentina no es candidata y por eso su clasificación paga realmente muy bien. En promedio, por un peso para la albiceleste se pagarán cinco, mientras que por uno a favor de los locales se embolsarán 1,75. Y en caso de acertar un resultado exacto para Messi y compañía paga diez veces el dinero original.

Insólito

Lizy Tagliani hizo estallar de risa a sus seguidores de Twitter con una insólita comparación de ella misma con un rostro que tiene inmortalizado Messi en su espalda. "No sabía que Messi me tiene tatuada", tuiteó la actriz, comparando su cara con el tattoo que tiene la Pulga. ¿A qué tatuaje hizo alusión Lizy? Al que Lio se hizo del rostro de su madre en la espalda.