Señor director:

Por obra del infortunio debí concurrir al Servicio de Unidad Coronaria (UTI), del Hospital Marcial Quiroga, por una descompensación que sufriera mi hija Gema; con la concebida preocupación que conlleva esta situación. Grande fue mi sorpresa por la forma en que fui atendido y la contención que le brindaron a mi hija. Ese equipo de galenos con alma de ángeles que hacen de su profesión un verdadero sacerdocio. Vaya para ellos mi eterno agradecimiento para los doctores César Azcona y Cintia Bazán, a todo el personal de enfermeros que la atendieron. Elevo a Dios una oración para que el éxito sea el corolario de cada una de sus intervenciones.

Domingo Padilla
DNI 7.945.640