Triunfo y segundo puesto. Es el que obtuvieron los juveniles argentinos del Sub-20 al superar a Francia 8 a 2.

Aquella derrota ante España fue dolorosa. Tras ello la Sub-20 de la Argentina hizo su autocrítica y tuvo una recuperación inmediata. Tanto que en su última presentación del grupo clasificatorio se anotó una clarísima victoria sobre Francia por 8 a 2.

Haciendo entonces un balance de lo hecho hasta ahora saltan a la vista los aspectos positivos que se dieron mucho más que los negativos. Porque en éste último aspecto, apenas se les puede achacar a los pibes el haber entrado ciertamente estáticos en el partido ante España. Eso les significó no sólo sufrir un gol antes de los dos minutos de juego sino que después su rival quedara tres tantos arriba en el tablero. Un marcador difícil de dar vuelta.
Así y todo el segundo tiempo albiceleste en aquel partido ante España dejó otras aristas positivas, al margen de no contar con la suerte necesaria para ir descontando tamaña diferencia.

En su última presentación apareció la capacidad conductiva de Facundo Bridge, muy bien afirmada por Jerónimo García. Y la entrega permanente de Francisco Ipiñazar y Ezequiel Mena. Por eso no extrañó que si bien otra vez largó en desventaja (un aspecto a corregir) se las arregló para dar vuelta rápidamente la historia. Es que los goles fueron llegando simplemente por dominio territorial y efectividad en los tramos decisivos. El técnico Eduardo Quiroga fue metiéndole variantes al equipo y todos respondieron a su manera.

Como balance, entonces, quedan dos claras victorias (sobre Italia y Francia) y una derrota que dejó raramente aspectos positivos (ante España). Es más, a decir verdad, mejor que esa derrota haya llegado en la ronda clasificatoria, que no es definitoria sino que sólo posiciona a los equipos para la segunda parte, en realidad la más importante del Campeonato.