La mujer, muy temerosa pero harta de los aprietes, se comunicó con el equipo de una conocida dirigente del oficialismo nacional en Capital Federal. Alguno de los asesores le respondió el mail y le aconsejó hacer una denuncia al menos telefónica en el Ministerio de Seguridad de la Nación. Seguramente ese asesor ya sabía que el delito que denunciaba la sanjuanina no era de competencia federal, aunque de igual forma se lo indicó. Ese organismo nacional mandó la denuncia a San Juan, que recayó en el despacho de la fiscal Ana Lía Herrera. Esa fiscal le tomó testimonio a la denunciante y no dudó en requerir instrucción, es decir, en pedirle al juez que inicie una investigación. El juez, a su vez, no solamente le dio curso al trabajo de la fiscal, inmediatamente ordenó allanamientos. En ese lapso, este diario ya se había enterado del tamaño de la denuncia, pero no podíamos completar los datos necesarios ni tampoco lográbamos hacernos de la presentación, ni hallar a la denunciante. Decidimos esperar. Hasta que el jueves a la noche, bastante tarde, alguien acostumbrado a rondar los pasillos de Tribunales y a manejar jugosa información, nos borró las incógnitas con algunas precisas respuestas. El día viernes este medio publicó la denuncia casi completa, incluso sin saber que ya el juez había tomado algunas medidas, como allanamientos en la oficina de Guillermo Ruiz Álvarez, el ahora expresidente de la Caja de Acción Social. A las nueve de la mañana del viernes, con la tapa impresa de este diario en todos los kioscos de la provincia, el gobernador Sergio Uñac enfrentó a los medios en una entrega de viviendas: ‘Lo separé del cargo’, dijo el mandatario sanjuanino a los periodistas que lo rodeaban. Sobre las diez de la mañana de ese mismo día se conoció que el Gobernador no lo había separado y que en realidad Uñac había echado a Ruiz Álvarez de su cargo. El Gobernador había tomado la decisión más sabia de todas.

El hilo temporal que se relata en el extenso párrafo anterior no es más ni menos que lo que ocurre en cualquier lugar donde las instituciones funcionan: el Poder Judicial investiga y juzga y el Poder Ejecutivo no interfiere. La causa de los cuadernos se conoció cuando Cristina Fernández ya había dejado la Presidencia del país. En San Juan se inició una investigación contra un funcionario de alto rango en funciones y el Gobernador no metió el caso bajo la alfombra. ¿Por qué es importante que Uñac haya echado a Ruiz? La denunciante, en su declaración frente a la fiscal, desliza que el dinero que los Ruiz prestaban pudo haber salido de la Caja de Acción Social, organismo que maneja recaudación a diario. Si Ruiz seguía en su cargo tenía las herramientas para ocultar información y entorpecer la investigación, si quisiera hacerlo por supuesto. Lo siguiente va a sonar hasta contradictorio, pero es totalmente real: incluso el día que confirmamos la información, nunca dejó de sorprendernos el doble perfil de Guillermo Ruiz, uno de los pocos funcionarios de buenos modales de la gestión anterior, la mayoría inundados de la soberbia que los caracterizó durante los 12 años que dominaron la provincia. Cosas de esta actividad, quizás.

El tamaño del ovillo que la Justicia ha empezado a desandar es impredecible: ¿de dónde sacaban la plata que prestaban los Ruiz? ¿Es plata de la política? ¿Es plata de la Caja de Acción Social? ¿Hay otros que hacen lo mismo? Las primeras tres preguntas deberá responderlas la Justicia. La última, es de una obviedad casi criminal: todas las mañanas se reúne en un café de avenida Central y calle Tucumán un grupo de hombres que hace exactamente lo mismo que los Ruiz, presta dinero en negro. Uno de ellos, conocido como ‘Marcial’, alto y delgado, transita a diario por los comercios de la Peatonal ofreciendo esa ‘ayuda’ a los comerciantes más chicos. Tiene muchos clientes en la pequeña galería con salida a calle Rivadavia. Presta dinero sin ningún comprobante ni tributo y cobra por día, por semana o por mes. Últimamente ‘Marcial’ se ha vuelto muy popular en esos negocios, ya que la crisis ha obligado a muchos pequeños emprendimientos a recurrir a este tipo de herramientas para poder sacar el día.

Desde el viernes hasta ayer llegaron muchísimos datos de este tipo a la redacción del diario, la mayoría bastante incomprobables. Hablan de un exsecretario de la Corte, de una mesa de dinero en Libertador y Entre Ríos, de otra mesa de dinero muy cerca de Tribunales y de algunas otras ‘informaciones’ de esas que se sobran en los cafés y que ahora, luego de haberse conocido el caso de los Ruiz, toman mayor fuerza entre la gente.

 

 

La política

Guillermo Ruiz asumió la presidencia de la Caja de Acción Social en el año 2003 y soportó las tres gestiones de José Luis Gioja. Cuando Uñac asume la Gobernación, en diciembre de 2015, el pocitano le otorgó un voto de confianza y le dio continuidad. Ese mismo mes Javier Ruiz llegaba al Tribunal de Cuentas. Los hermanos tienen una estrecha relación con Gioja, desde siempre. Tanto que, aseguran, Javier sería el representante legal de algunos de los negocios del exgobernador y actual diputado nacional. La noticia cayó como balde de agua fría en el giojismo y no dudaron, desde las sombras al menos, en acusar a Uñac por las presuntas macanas de los Ruiz. Gioja anotó el escándalo judicial como un episodio más de sus enfrentamientos con el Presidente del PJ provincial. El uñaquismo no le respondió. Al menos de manera visible, en el entorno del gobernador nunca dieron señales fuertes de querer limpiarse de la grilla de funcionarios a los Ruiz. Y aún hay varios dirigentes que vienen de la anterior gestión, aunque parece que no son la preocupación máxima del gobernador sanjuanino, por el contrario. La mayor prueba de esa afirmación es que el pocitano está a punto de encarar su último año al frente del Ejecutivo y varios de ellos siguen cobrando del Estado.

En el giojismo están preocupados, en realidad, porque la denunciante deslizó una frase que los atemoriza: mencionó a un tal Pereyra que ‘está asociado con Gioja’, aunque aún no hay detalles finos sobre el primero y a cuál de los Gioja se refirió. Casualmente o no, se desprenderá de la investigación, podría referirse al concejal rawsino Fabián Pereyra y al intendente de Rawson Juan Carlos Gioja, aunque no hay nada certero aún y todo dependerá del trabajo judicial.

En resumen, si esto pasaba en la gestión de Gioja, Ruiz seguía en el cargo hasta su condena. Afortunadamente las épocas y los hombres van cambiando y Gioja ya no tiene el poder de antes. En este contexto también hay que reconocer el trabajo del fiscal General de la Corte, Eduardo Quattopani, porque sin su supervisión probablemente nada de esto hubiera pasado. Quattropani ha tomado control de la Justicia a la par del ministro de la Corte Guillermo de Sanctis. Es un tándem interesante que le hace bien a la Justicia y que halla en el Ejecutivo pensamientos y acciones similares a las de ellos. Las instituciones, en algunos casos, funcionan. Y cuando lo hacen, todos avanzamos un poco.