"Es la zanahoria que tengo. Es lo único que me motiva a seguir intentándolo". Hace poco más de dos meses y tras su octava operación, en este caso de la rodilla derecha que se lesionó gravemente en 2019 en Queen"s, Juan Martín Del Potro dejaba en claro cuál era su objetivo principal para volver a jugar al tenis. Una recuperación a contrareloj no fue suficiente con los tiempos de los Juegos Olímpicos de "Tokio 2020" que inician el mes que viene y entonces se tuvo que bajar, acaso, de su último gran sueño como profesional. Su equipo de prensa lo comunicó de manera escueta el martes pasado y aunque la publicación finalizaba con un "esto sigue", no es menos cierto que el colgar la raqueta para el tandilense es una opción cada vez más latente.
La medalla de plata en "Rio 2016" y el bronce cuatro años antes en "Londres 2012", incluyendo victorias en los Juegos sobre Novak Djokovic y Rafael Nadal, le generaban ansias únicas de estar por tercera y última vez en la cita máxima del deporte mundial. Pero igual que le sucedió en varios pasajes de su inmensa trayectoria profesional, en la cual llegó a ser número tres del mundo (algo solo superado por Guillermo Vilas), el tema físico lo condicionó. Lo sacó de los courts. Primero fueron ambas muñecas y luego vino el tiempo de la rótula derecha que lo tiene afuera del circuito desde hace más de dos años. Con 32 años y una cuenta bancaria que hace rato superó las siete cifras de dólares, se hace difícil pensar en qué otra motivación pueda tener la Torre de Tandil. Los Juegos eran para él, como bien mencionó, su gran "zanahoria" y ya no está. Haber sido el primer tenista argentino masculino en ganar una presea lo marca en su real dimensión. Además, es parte de la mayor hazaña de la historia del deporte blanco en nuestro país: ganar la Copa Davis por primera vez en 2016 visitando Croacia y con Delpo en rol de figura ganando sus dos singles.
Los grandes deportistas necesitan mucho más que talento y sacrificio. Requieren que sus cuerpos, llevados al límite de la exigencia durante muchos años, aguanten ese andar. No son pocos los casos que una lesión saca de competencia a un "fuera de serie". Sin dudas, el tandilense lo es y está en el top ten de los mejores deportistas de la historia de Argentina. El tema es dilucidar cuántas ganas tiene de seguir luchando para un día volver a empuñar una raqueta. Hace unos años atrás y cuando las lesiones lo mortificaban en sus muñecas, afirmó que "mi prioridad es el tenis, pero está lejos de ser lo único que quiero hacer en mi vida. Quiero tener una vida sana cuando me retire, disfrutar el día de mañana lo que más pueda". Del Potro ha escuchado en el último tiempo consejos médicos de todo tipo y, no es menos cierto, ha buscado con diferentes métodos. Hasta una "terapia alternativa" decidió probar hace un tiempo en un viaje relámpago a Brasil con esa finalidad. Pero, siempre hay un pero se suele decir, la vida está frenando toda su esperanza. Acaso sea el tiempo de tomar una decisión pensando en que lo realizado ya quedará para siempre y que es momento de virar hacia otros objetivos. Otras prioridades. Solo él lo sabrá en este momento. O tal vez, precisamente, se encuentre buscando esa respuesta clave. En los próximos se verá.
Una gran carrera
La trayectoria profesional de Del Potro largó en 2005 y tiene entre sus mayores logros: el US Open del 2009, la Copa Davis del 2016 y dos medallas olímpicas. Su mejor ránking fue el número 3 y suma 22 títulos en individuales. Actualmente está 744 del mundo. Sólo en premios, ya ganó 26 millones de dólares.