Señor director:
Es tiempo de Cuaresma. El mundo cristiano derrama su corazón delante de la presencia de Dios, con el fin de acercarse de la manera más humilde que el corazón pueda. Es entonces cuando tenemos que acordarnos de orar por todos nuestros hermanos, por nuestra bendita nación Argentina y por nuestra provincia. En esta hermosa tierra vivimos todos nosotros los argentinos, porque Dios nos quiso aquí, para bendecir con trabajo, buenas acciones y edificar nuestras familias. Y el Señor, en su infinita misericordia, nos quiere bendecir. Es por eso que de nuestra parte debemos regar con oración y agradecimiento el trono del Todopoderoso. Pidamos y roguemos por la paz de nuestro país. También para que ilumine a nuestros gobernantes, legisladores y demás autoridades. Además de aquellos que aspiran a obtener un cargo público. Necesitamos más que nunca que hayan personas con amor al prójimo y honestidad para poder sacar a nuestro país adelante. "No cesemos de orar”, dice la Biblia. Este es el tiempo en que todo creyente debe arrodillarse para pedir al Altísimo que toque los corazones para cambiar los destinos de nuestra nación, para que haya trabajo, buena educación y cultivemos valores morales en toda la sociedad.
Maribel Marchetti DNI 18.198.267
