Señor director:
Sólo Dios sabe para qué sirve cada minuto de nuestra vida, y no puede el hombre cometer semejante desliz que le lleva a olvidarse de lo más importante de su vida, por el sufrimiento del final de esta. Interesa aquí considerar la importancia de los cuidados paliativos. La medicina ha dado grandes pasos en el cuidado de los enfermos terminales, y eso no es antinatural, es cuidar, como siempre lo hacen médicos y enfermeras, de esa persona que sufre. Es indudable que los medios que se ponen para que el enfermo sufra menos, aparta, en gran medida, la ocurrencia por parte del enfermo de quitarse la vida. Y, ciertamente, queda mucho por hacer, porque hay personas que apenas pueden llegar a esos medios paliativos que les cambiarían los últimos momentos de su vida. Qué duda cabe que un planteamiento religioso de la vida, una idea clara de la trascendencia del fin último ayuda a afrontar esos momentos con la alegría de saber que Dios nos quiere. Es totalmente distinto, porque, además, los cristianos contamos con los sacramentos, que nos fortalecen. Sacramentos queridos por Dios para paliar la angustia del final y ayudar a buscar a Dios. Además, con este planteamiento de la vida es mucho más fácil evitar el ensañamiento terapéutico, que tan absurdo llega a ser.
José Morales DNI 21.246.596
