A las 11.30 se dará inicio a una nueva cumbre de presidentes del Mercosur, que por primera vez en la historia se realizará de manera remota, dada la lucha que todos los países afrontan para frenar el avance del coronavirus. En ese contexto y con la búsqueda de una estrategia común para enfrentar la pandemia como uno de los ejes principales, Alberto Fernández se verá las caras con su par brasileño, Jair Bolsonaro, al menos virtualmente. Sabidas las diferencias ideológicas y los distintos caminos elegidos ante el COVID-19, el canciller Felipe Solá preparó el terreno ayer, al señalar que el bloque debe “superar los prejuicios” y entender que “los pueblos no quieren ningún tipo de peleas” entre los líderes de la región.
El mandatario argentino participará de su primera cumbre, ya que la última tuvo lugar en Brasil, adonde viajó Mauricio Macri, a pesar de que se concretó el 5 de diciembre, cinco días antes de que terminara su mandato y asumiera Alberto Fernández. Además de las discordancias con su par brasileño, el Presidente deberá enfrentar la incómoda posición de ser el único que no apoya los acuerdos de libre comercio que Bolsonaro, Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Luis Lacalle (Uruguay) quieren emprender con Corea del Sur, Líbano, Canadá e India.
Con respecto al mandatario de Brasil, está claro que sus ideas políticas tienen distintos rumbos. La última ocasión en la que lo dejó en evidencia el Presidente argentino fue la semana pasada, cuando compartió un diálogo virtual con Lula Da Silva, organizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Allí lo nombró entre los presidentes que extrañaba y aseguró que, si Lula gobernara, la relación entre ambos países sería muy distinta.
Además, Alberto Fernández criticó en varias oportunidades las decisiones que tomaron frente al coronavirus las autoridades del país vecino, que acumula más de 1.448.000 casos positivos y más de 60.600 muertes, ubicándose segundo en ambos rubros a nivel mundial.
Las reuniones virtuales de la cumbre, en la que Paraguay traspasará a Uruguay la presidencia pro témpore del bloque regional, se iniciaron el lunes pasado, cuando comenzaron a deliberar las comisiones técnicas. En tanto, ayer se dio la videoconferencia entre los cancilleres. La idea primordial radica en establecer una agenda común para enfrentar la pandemia del coronavirus. Para ello, el debate pasa por esclarecer los conocimientos científicos que haya en la región hasta el momento y por coordinar el trabajo para instrumentar el fondo especial de 16 millones de dólares, que se creó recientemente para ser usado exclusivamente en iniciativas relacionadas con la lucha contra el coronavirus.
Sin mencionar de manera directa las diferencias que se dieron en los últimos tiempos entre Bolsonaro y Alberto Fernández, Felipe Solá remarcó: “Cuando hablamos de integración, hablamos de voluntad integradora más allá de lo físico. Conversar para avanzar. Esto es una voluntad para salir al mundo unidos. Hay que enfrentar al mundo cada vez más unidos”.
“La unidad pasa a ser un tema necesario en el Mercosur en este momento. Integrar no necesariamente es ver el mundo de la misma manera. Tenemos diferencias y gobiernos cambiantes pero lo que queda es el Mercosur como política de Estado”, continuó el canciller argentino.
Para darle cierre al tema, el canciller argentino consideró: “Estos son tiempos en que debemos superar prejuicios, la historia política de cada uno o el ideario de cada uno. No es fácil. Esto nos puede llevar a disputas. Cualquier cosa será mejor que ocultar las diferencias o dejarlas de lado. Pero –aclaró- los pueblos no quieren ningún tipo de pelea”.
Por otra parte, al referirse al disenso que se presentó entre la Argentina y el resto del bloque regional por los convenios comerciales, Solá admitió que “algunos convenios externos han generado rispideces”, pero señaló que el Gobierno estará presente en todas las mesas de debate que se den a futuro ante estas negociaciones.