
A través de este diario me enteré que los flamantes baños del Parque de Mayo, inaugurados hace muy poco tiempo, habían sido destrozados y, en parte, desmantelados.
Creo esto no sorprende a nadie. Cuando supe de la refacción de estos sanitarios, como muchos, me pregunté cuánto iban a durar.
Sin tener ningún conocimiento sobre seguridad, pero conociendo los bueyes con los que aramos, me pregunto: ¿sería muy descabellado poner a una persona, como en los baños de las terminales de colectivos, para que controle?
Hay cientos de beneficiarios de planes que no hacen nada. Esto sería una forma de convertirlos en ciudadanos útiles y de paso cuidar lo que pagamos todos.
Creo que no es ninguna genialidad la que se me ocurre. Además es mucho más práctico que tener que disponer luego de partidas especiales para reparar obras que se acaban de realizar.
