El artista sanjuanino Darío Barassi vive un aislamiento en el que en su cuerpo se juntan miles de emociones. Sentimientos cruzados que se mezclan de acuerdo al momento del día en el que se encuentra. En una entrevista brindó detalles sin ponerse el cassette, pero sin perder ese humor tan característico.
“En mi caso asilan las emociones, porque por momentos disfruto mucho de estar con mi mujer y mi hija todo el tiempo, me ocupo de casa, hago arreglos, le dedico tiempo a las plantas…en esa sintonía es un gol. Pero después enciendo la tele, pongo el noticiero, y me empiezo a enfermar. Me agarra la preocupación, la angustia…. No sé, me genera mucha rabia. Primero me genera mucho orgullo y esperanza ver como mucha gente si responde ante el pedido de quedarse en su casa, pero en segundo lugar, me da rabia las personas que se hacen las vivas y no cumplen con esto ni por necesidad ni por deber”.
En la misma línea, con una mirada hacia el más allá, no puede dejar de analizar que vendrá después de esto: “Estoy preocupado. ¿Hacia dónde vamos? Pienso todo el tiempo que es lo que tenemos que aprender. Son varias las lecciones; las personales y las mundiales, digamos. Todo eso me genera mucha incertidumbre. Soy un tipo al que le gusta tener el control de las cosas, sobre la vida, mi familia, mis proyectos, mi rutina… ¡y perdí el control! Para colmo no puede hacer terapia porque detesto hablar por teléfono y detesto las videollamadas, así que por ese lado ni siquiera puedo hacer terapia ni con amigos”.
Por otra parte, el actor suele interactuar mucho en sus redes sociales, sobre todo en Instagram. Allí aprovecha para darle rienda suelta al humor y a la concientización: “Si, entendí que tener dos millones de seguidores en una red social no es una pelotudez. Más allá de las publicidades y de que también es un trabajo para mí, entendí que es una buena herramienta para concientizar. Todo empezó durante las primeras noches, cuando desde el balcón de mi casa veía gente por las veredas, también tengo un parque cerca y lo mismo…te juro que me agarró una angustia. No es tan difícil, encerrate en tu casa para frenar el contagio desmedido de este virus invisible. Hay que saber que no tenemos lugar para albergar ante la potencial pandemia. Bueno, el humor es de las mejores herramientas para transitar la vida –hace un alto para atender las necesidades de su pequeña y sigue-te decía, yo el humor lo elijo como manera de vida, es clave”.
Como no hay que por bien no venga, aprovecha para compartir con su hija. “Estoy todo el día con esta enana y es de lo mejor que me está dejando esta cuarentena. De todas maneras no es un mundo imaginario; por momentos no doy más, es intensísimo. De todas maneras yo ya era un padre presente. Como mi mujer también trabaja, yo decidí tener un solo trabajo y que sea teatro. Hasta las cinco de la tarde yo me quedaba en casa con ella. Me perdía la tarde noche; toda la parte de la comida, del baño, dormirla, que ahora si lo estoy disfrutando. Estamos muy full time, pero con la dinámica de los tres, muy en familia, está buenísimo, fortifica, porque hasta ahora con Luli era mucho relevo. Yo desde la mañana hasta las cinco, venía ella, le daba un beso y me iba al teatro”.
Laboralmente su vida cambió y eso es un aspecto que lo mantiene expectante. “Es de lo más complicado, porque se debería… a ver; estamos en un mundo neoliberal y capitalista, y es imposible no pensar en laburo, en proyectos, inversiones, deudas…estamos inmersos en ese sistema, entonces, que te frenen tus laburos, tus fuentes de ingresos, bueno, hay que tener mucho control mental, plenitud, y poner el foco en otro lado para no desquiciarse.
En la misma línea, analiza que pasará una vez que el aislamiento finalice. “Yo en Separadas acepté hacer una participación especial, por eso que te dije que no voy a tener más de un trabajo hasta que Emilia cumpla el año, pero por ahí mi personaje sigue, se charlará, vamos a ver, tengo entendido que la novela continúa una vez que pase esto. Estoy más preocupado y me interesa es la obra de teatro, porque estábamos en un segundo año exitosísmo de Carcajada salvaje, con Verónica LLinás, dirección de Corina Fiorillo…hay que ver que pasa después de la cuarentena, si la gente tiene ganas de volver al teatro, mi esperanza es que si, pero sin exponer la salud de nadie…por eso el escenario es de incertidumbre”.
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