En diciembre de 2019 la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) aprobó una fuerte sanción contra Rusia, dejándola fuera de todas las competiciones internacionales durante un periodo de cuatro años, después de un escándalo de dopaje. La manipulación de datos de los laboratorio, que impidió comprobar cerca de la mitad de los casi 300 casos sospechosos de dopaje en deportistas rusos, llevó a la AMA a expulsar a Rusia de todas las competiciones, incluida esta edición de los Juegos Olímpicos y también de los próximos Juegos de Invierno, que se celebrarán, si no hay cambios, en Pekín (China) el próximo año. Así pues, Rusia no compite. Pero los atletas rusos, sí.
Una prohibición parcial
La sanción a Rusia no fue absoluta, aunque sí impide que el país pueda utilizar el nombre oficial, la bandera o el himno nacional, como sí podrán hacer el resto de comités nacionales. En primer lugar, el nombre bajo el que se acogen los deportistas será ROC, que son las siglas de Russian Olympic Comittee (Comité Olímpico Ruso), pero nunca la nomenclatura completa, solo el acrónimo. Las pautas aprobadas recientemente por el comité de Revisión de Cumplimiento de la AMA establecen que durante todas las exhibiciones públicas de los deportistas solo se podrá llevar el emblema de ROC, y nunca contener ni el nombre del país ni la bandera.
Con respecto al himno, tampoco sonará en el Estado Olímpico de Tokio el nacional, compuesto originalmente por Aleksandr Aleksándrov, sino que era necesario presentar una partitura musical diferente, aprobada por la junta ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI): tanto para Tokio 2020 como para los Juegos de Invierno de Pekín 2022, los deportistas rusos desfilarán al ritmo de Pyotr Tchaikovsky. Será el Concierto para Piano n.º1 el que suene durante las entregas de medallas cada vez que un atleta obtenga un oro. Lo cierto es que esta no era su primera opción: su idea era llevar una canción popular de la era soviética como himno de sustitución, la conocida como ‘Katyusha’, pero sus lazos con la lucha soviética contra la Alemania nazi hicieron que quedara descalificada, ya que el himno que llevaran los atletas del ROC no podría estar de ninguna manera relacionada con Rusia.
Por último, ni los uniformes ni la ropa deportiva de equipo pueden llevar escudo ni bandera rusa, sino que deberán ir siempre con el emblema del ROC. Es más, si en alguna ocasión no fuera posible eliminar el nombre completo, Comité Olímpico Ruso, tendrán que incluirse en igualdad de tamaño y relevancia, las palabras: "atleta neutral". Cabe destacar que a Tokio solo han podido viajar atletas que hayan podido demostrar que no tienen ninguna relación con el dopaje.
"Es psicológicamente complicado competir en grandes eventos como los Juegos Olímpicos sin los símbolos de tu país", señaló recientemente el exfutbolista del Spartak de Moscú Sergey Shavlo, en declaraciones recogidas por ‘DW’. Shavlo recogió la medalla de bronce junto a la selección soviética en 1980 en Moscú. "Para mí siempre fue especial escuchar el himno antes de los partidos". La exsaltadora también rusa Yelena Vaitsenjovskaya, que se hizo con un oro en Montreal en 1976, no cree que sea tan malo. "Los atletas se tiran entrenando cuatro años, toda su vida, para rendir al máximo en un evento deportivo de esta categoría. Para ellos no es importante si ven o no ven una determinada bandera o escuchan o no escuchan un determinado himno. Están enfocados en su propia actuación".
Trucos para evitar preguntas controvertidas
Apenas unos días antes del arranque de los Juegos, los medios rusos revelaron que el comité nacional había entregado a los deportistas una serie de consejos sobre cómo evitar preguntas controvertidas de la prensa, tales como las relacionadas con el dopaje, la anexión de Crimea, el acoso sexual o incluso sobre aquel partido en San Petersburgo en el que la afición rusa silbó a los jugadores belgas cuando éstos se arrodillaron para denunciar el racismo. El documento, revelado por primera vez por el diario ‘Vedomosti’ y recogido por la prensa internacional, aconsejaba a los atletas a los que se les preguntara acerca del movimiento Black Lives Matter que apoyar el movimiento es una elección presonal y que los Juegos Olímpicos no deben ser plataforma para ningún tipo de protesta.
Si la pregunta estuviera relacionado con el acoso sexual, la recomendación es responder: "Nunca me he topado con un caso en mi carrera, aunque sé que este problema existe en muchos países"; y si el dopaje fuera la cuestión principal de la pregunta, la respuesta tendría que ser, básicamente, un "sin comentarios". Según ‘The Guardian’, esta guía para los deportistas rusos existe para protegerlos de las "provocaciones" de activistas y medios de comunicación internacionales. Un portavoz del comité ruso llegó a explicar que, con esta iniciativa, se pretendía "minimizar los riesgos para los miembros del equipo y la delegación". "La información se difunde muy rápido y cualquier respuesta descuidada (…) puede afectar al atleta de manera extremadamente negativa"