No hubo milagro el domingo en el Bicentenario de Pocito. Desamparados hizo su parte ganándole a Juventud Unida, pero en Bolívar, Huracán sumó el punto que necesitaba para salvarse. Un equipo mendocino que empezó la campaña con quince puntos menos de sanción, aunque finalmente le redujeron la pena a sólo tres y de esta forma logró evitar perder la categoría. En el día después del descenso, el mundo puyutano deberá rearmarse pensando en volver a la tercera divisional del país. Una encuesta realizada por DIARIO DE CUYO durante casi una jornada -entre domingo a la tarde y lunes a la siesta-, marcó al presidente Juan Valiente como el máximo responsable de este presente del club. Luego, los votantes colocaron a los futbolistas en el segundo escalón de ‘culpables’, mientras que los antecesores de Ricardo Dillon, Marcelo Fuentes y Luis Islas, se ubicaron cerrando el podio. Claramente los participantes dejaron al Flaco casi sin responsabilidad en este desenlace, algo lógico teniendo en cuenta la gran campaña que realizó, a tal punto que recién en la última fecha y por apenas un punto, el equipo no alcanzó el objetivo.

Desamparados volverá a jugar en el 2023 a nivel nacional, en el Federal Regional Amateur.

En todo éxito y en todo golpe como es descender, siempre los responsables son variados. Nunca existe un solo motivo, aunque claramente existan algunos que predominen sobre otros. Lo vivido el domingo por Desamparados es la consecuencia de muchas decisiones mal tomadas. De no saber torcer un rumbo que desde que se armó este plantel tenía un panorama complejo. No es menos cierto que algunos errores arbitrales le impidieron sumar puntos, aunque no fue ese el máximo motivo.

 

La falta de un estadio en condiciones resultó un detonante clave, que derivó en que el equipo debiera utilizar tres canchas a lo largo de las 15 fechas de ‘local’. Tampoco en el mercado de pases intermedio, donde podía sumar a cinco futbolistas, el club pudo rearmarse de cara a la segunda parte, donde estaba claro que se iba a tutear con el descenso. Acaso, el final, pese al envión final, ya estaba escrito hacía tiempo…

 

La pirámide del descenso

 

El máximo dirigente, al tope

El presidente ocupó el primer lugar de la encuesta como el máximo responsable del descenso con el 46%. Valiente se equivocó claramente, tal cual reconoció en varias ocasiones previo al descenso, en darle la potestad al DT Marcelo Fuentes de armar el plantel de la temporada. Además, en buscar una empresa privada para la contratación de futbolistas que estuvieron muy lejos de rendir. Pese al dinero que siempre manifestó aportar al club, la carencia de tener al Serpentario en condiciones lo marcó al equipo. Errores de cálculo y déficit del presupuesto también hicieron que Desamparados nunca utilizara su propia cancha, toda una fortaleza en otras campañas del Federal A. Otro punto cuestionable fue su salto a la Liga Sanjuanina de Fútbol cuando el club se encontraba muy comprometido y sin un futuro claro a nivel dirigencial, algo que todavía no ocurre. Acaso, la obsesión por dejar a Sportivo lo ‘mejor parado’ de cara al futuro le terminó jugando muy en contra. Como también la falta de pares en la dirigencia, algo que no supo revertir.

 

Plantel corto y deserciones

Refuerzo. El defensor Laureano Puñet fue uno de los ‘nuevos’ y su labor no aprobó.

 

En el fútbol existe una máxima que marca que "los mayores responsables de un equipo son los jugadores, porque son ellos los que ingresan al campo de juego". Algo muy cierto, aunque un jugador no puede llegar a un club sin el aval de un entrenador o un dirigente. En ese sentido, los votantes marcaron al plantel como el segundo escalón del descenso final.

A comienzo de temporada, el Víbora sumó a 13 refuerzos, mientras que en la ventana a mitad de campaña contrató a un par más. Claramente el nivel de algunos players estuvo muy lejos de honrar su contratación. El caso patente en este sentido es el del delantero Luis Leguizamón, el primer ‘nuevo’ de la campaña y con el sueldo más alto del plantel, quien varias fechas antes del final de la temporada decidió alejarse de la institución. Otro ejemplo fue el arquero Alan Minaglia, quien tras perder la titularidad luego de siete partidos, pegó el portazo para irse del país. Y casos como Laureano Puñet, Julio Cesarini, Saúl Abecasis, Iván Caravaca, Lucas Seimandi nunca pudieron cuadrar.

 

Casi un cuarto, para los DT

Desilusión. Luis Islas llegó como ‘un golpe de efecto’ por parte de Valiente y salió mal: dirigió apenas 7 partidos. 

Los votantes marcaron con el 22% a los tres técnicos principales que tuvo la temporada como responsables. Claro que con una salvedad grande: al último, Ricardo Dillon, sólo le asignaron el 6%, ya que la campaña del Flaco, un DT con una espalda y curriculum muy grande en Sportivo, resultó destacada ya que así pudo conseguir que el equipo llegara a la última fecha con chances de salvarse o al menos ir a un desempate con Huracán Las Heras buscando la permanencia.

Cerca. Ricardo Dillon le dio otra idea al equipo y cabida a jugadores relegados que le respondieron.

En orden cronológico, Marcelo Fuentes armó el plantel y estuvo al frente del equipo apenas seis partidos. Tres derrotas, dos empates y una caída marcaron su destino, algo que parecía estar escrito de mucho antes. Llegó Luis Islas para dar el célebre ‘golpe de efecto’, pero terminó siendo todo lo contrario. El desconocimiento del club y el plantel le jugaron muy en contra y tras siete juegos (4 derrotas, 2 empates y 1 victoria), el exarquero cerró su ciclo. Dillon agarró la brasa caliente las últimas 17 fechas. 4 triunfos, 8 empates y 5 derrotas fueron sus números. Nada malo para el Flaco que hizo lo que pudo y casi logra la salvación.