Lo habían visto correr en 2016, cuando el equipo profesional de ciclismo del Sindicato de Empleados Públicos (SEP), fue a competir en la vuelta a Tarija, en Bolivia. Entonces ese pequeño jujeño de la localidad de Abra Pampa llamado Franklin Olmos (hoy de 20 años), sorprendió. De la mano de otro jujeño, el último ganador de la Vuelta a San Juan, Gonzalo Najar, Olmos concretó el sueño del pibe, pues entonces no imaginaba integrar filas en un equipo profesional. Y en pocos días pasó a ser uno de los protegidos, porque además de cumplir su sueño, el gremio le bancó una carrera terciaria en Higiene y Seguridad. Pero todo se derrumbó el último sábado, cuando alguien se metió a la casa que les alquilan a los ciclistas en avenida Córdoba metros al Este de Alem, Capital, y les robó una bicicleta para pruebas de velocidad, un cuadro y un juego de ruedas.
Fue la gota que rebalsó el vaso, pues la gente del SEP ya sospechaba que alguien de adentro podía estar ligado a ese y otros ataques, como la sustracción de unos 15.000 pesos del último campeón de la máxima prueba local, dijeron fuentes gremiales y policiales.
Y no fallaron. La investigación para esclarecer el caso, incluyó el cruce de comunicaciones por la red social Facebook del primer detenido que tuvo el caso, el exempleado del SEP, Ricardo Laciar, y ahí saltó que quien le había dicho cómo, dónde y a qué hora robar no era otro que el propio Olmos. Y así pasó de protegido a supuesto ideólogo de una seguidilla de robos ocurridos en la casa de los ciclistas, dijeron.
Como estaba en Chile con parte del equipo disputando una competencia, no pudo ser detenido y recién a su regreso, ayer cerca de las 14, le pusieron las esposas para llevarlo a la Seccional 1ra que dirigen el comisario inspector Gregorio Díaz y el comisario Juan Soria. Para entonces también estaba presa Berta Páez, la mujer de Laciar. Ahora, un juez resuelve si deben o no seguir presos.