En forma similar a la época en que se produjeron las grandes erradicaciones de viviendas rancho o villas de emergencia en ciudad Capital y departamentos aledaños, hace unas semanas se realizó el traslado de 470 familias que vivían en distintas villas de Caucete al barrio Pie de Palo construido por el IPV en las inmediaciones de la localidad de Villa Dolores de ese departamento.
En esta erradicación de villas hubo un doble objetivo, similar a lo que viene ocurriendo en otros puntos de la provincia, como es proporcionar una mejor calidad de vida a cientos de familia que desde hace décadas estaban viviendo en condiciones de vida deplorables, exponiéndose a contraer cualquier tipo de enfermedad y afrontando las adversas condiciones climáticas propias de la provincia. Algunos de estos asentamientos estaban en lugares increíbles como el espacio entre un desagüe, perteneciente al Departamento de Hidráulica de la provincia, y la banquina de la calle perteneciente a Vialidad Provincial. Esto provocaba que los ranchos apenas tuvieran unos pocos metros cuadrados y que fueran afectados por todas las contingencias climáticas, como lluvias o vientos, el calor y el frío. Además que carecieran de servicios básicos como agua potable o baños con pozos sépticos para garantizar la salud de sus moradores.
El otro objetivo a alcanzar con esta erradicación es mejorar las condiciones estéticas en varios puntos del departamento, paso obligado de personas que llegan para visitar fincas y bodegas, entre otros emprendimientos agropecuarios u objetivos turísticos. También hay algunas villas que estaban junto a la Ruta 20 y que afectaban la imagen del ingreso a Caucete y por ende a la provincia de San Juan. En estos últimos años hubo muchos comentarios despectivos sobre el acceso a Caucete comparándolo con un pueblo africano o de las zonas más pobres del planeta.
Cumplido el objetivo de trasladar a la gente a una vivienda digna, ofreciéndoles la posibilidad de mejorar su calidad de vida, queda ahora hacer desaparecer totalmente cualquier vestigio de los ranchos y parquizar esos espacios con una buena forestación a los fines de mejorar su estética y aprovecharlos como pulmones verdes. Las autoridades de ambiente tanto provincial como municipal junto a otros organismos deberán encargarse a la brevedad de esta tarea para completar el objetivo buscado. Por su parte los flamantes adjudicatarios deberán colaborar en que esto se haga realidad valorizando la vivienda que se les ha entregado y cuidando la limpieza de los nuevos lugares que les toca habitar.
