En el Parque. Santiago Christensen aseguró que disfruta de los Juegos y, además de su deporte, reconoció que se enganchó con el breakdance.

 

Reconoció que fue un momento muy duro el que debió atravesar cuando le dijeron que estaba en duda su participación en los Juegos de la Juventud. A sus 17 años fue un verdadero golpe y supo levantarse. Dijo que pudo elaborar la situación, que la definió como un duelo, y lo mismo viajó a Buenos Aires para disfrutar de los Juegos, especialmente su disciplina, escalada deportiva.

Santiago Christensen aguardaba ayer la definición en la rama femenina del deporte y afirmó que en este momento tiene "sensaciones motivantes al empezar a ver escalada en los Juegos Olímpicos porque esto es un gran paso para el deporte y por varios motivos. Los atletas y la Federación empiezan a tomar mayor responsabilidad y los gobiernos también empiezan a apoyar más el deporte", aseguró el joven que ya dejó la categoría Juveniles A, donde lideraba el ranking nacional y se prepara para competir con los máximos especialistas de su actividad.

Santiago fue notificado en julio de este año que sería incluido como el representante argentino en la rama masculina y compitió nuevamente en el Mundial de su especialidad. Pero el mes pasado, desde el Comité Olímpico Argentino, notificaron que su participación estaba en duda, mientras se publicaba el listado definitivo de la delegación argentina. "Cuando llegó la noticia fue bastante frustrante por la ilusión que genera estar en unos Juegos Olímpicos. Pero ya hice el duelo, lo superé bastante rápido y ahora estoy acá para apoyar al resto del equipo", describió el joven que cursa en la Católica. Y en una frase que agregó, demuestra que esa ilusión rota ya fue superada: "Comparto el tiempo con el equipo y la convivencia es muy buena. Es un ambiente muy agradable".

La disciplina mostró ser un imán para los espectadores, ya que siempre concentró un nutrido público en los 3 días que ya lleva de actividad, cuando resta sólo para hoy la definición entre los varones.

Entre las chicas, el dominio fue de las austríacas, ya que Sandra Lettner consiguió la medalla de oro y Laura Ñammer, la de bronce, mientras que la de plata quedó en poder de la eslovena Vita Lukan, mientras que la argentina Valetina Aguado concluyó en la 9na posición.

 

Su futuro
 

Santiago se prepara porque a partir del próximo mes comienza la temporada nacional y debutará ya en la categoría principal luego de dejar la Juvenil en el primer puesto del ranking. "Todos los atletas llevan años de preparación y me motiva mucho que se puede llegar al nivel que ellos demostraron", sostuvo.

 

No se trata solamente de apoyar

 

 

Debido a la edad de los competidores, entre 15 y 18 años, la gran mayoría no es todavía popular para el gran público, a excepción de algunos notables como la argentina Delfina Pignatiello, quien ayer consiguió la medalla de plata en los 800 metros libres, de natación. Fue la responsable que quedara gente afuera del natatorio ubicado en el Parque Olímpico, pero en realidad esto ocurre en varias disciplinas.

Si bien las entradas son gratuitas, no puede decirse libres en su expresión más concreta.

Es que quienes tenían planeado presenciar alguna de las actividades debían inscribirse en un formulario on line, que a una semana del comienzo de los Juegos fue dado de baja por la demanda que hubo. O sea que quienes se decidieron a último momento, se quedaron con las ganas de estar presente en los Juegos.

Los parques principales donde se desarrollan los Juegos se asemejan a una gran feria. Además de los recintos para las competencias, en los predios también se desarrollan otras actividades en las que el público deja de ser espectador y se convierte en protagonista.

Entre ellas, está el programa de iniciación deportiva, que apunta a que los chicos jueguen y de paso aprendan. Un ejemplo es el hockey sobre patines, que estuvo en el predio de Vicente López, el Paseo de la Costa, que captó buena atención.

 

 

También hubo otros.

En los que los no tan chicos también se animaban a pedir un turno, para iniciar una competencia interna. Como el de canotaje, en el Parque Urbano, que tenía 4 "simuladores", como si fuesen bicicletas fijas, pero en vez de pedalear había que remar y unos sensores determinaban la velocidad.

Así, con el sector del patio de comidas y, en los más concurridos, un escenario para que se presenten bandas de música, números circenses y DJ"s, los parques terminan armando un combo en que la gente mira dos o tres deportes, se entretiene con otras actividades y hasta comparte una comida.