A salvo de la foto. Las fuerzas de seguridad montaron un operativo de distracción para sacar a De Vido de Comodoro Py de incógnito. Periodistas y curiosos se quedaron con las ganas de verlo esposado y con chaleco.

 

Durante 12 años, Julio De Vido fue el ministro más importante de Argentina, quien tocó la mayor partida presupuestaria del país (210.000 millones de dólares en obras y subsidios), pero ayer, en pocas horas de debate, sus pares de la Cámara de Diputados en una votación histórica, le quitaron los fueros de diputado nacional como lo reclamaba la Justicia y le abrió la puerta de la cárcel. Pero, fue un rato más tarde que De Vido, para evitar la foto esposado, con chaleco antibalas y casco, se entregó a las 15:15 en los Tribunales de Comodoro Py, minutos después que el "Grupo Alacrán" de Gendarmería pusiera en marcha un importante operativo de seguridad para detenerlo en su domicilio particular del barrio porteño de Palermo donde se presumía que estaba. Afuera, en la vereda, cientos de vecinos y transeúntes se agolparon para celebrar la caída del halcón con cánticos y alistaban sus celulares para tener la foto tan deseada. Mientras, de fondo se escuchaban los bocinazos de los automovilistas que pasaban por el lugar.

Es que el arresto del hombre más poderoso de la era K detrás de Néstor y Cristina, fue visto como un punto de inflexión clave en el país en la lucha contra la impunidad.

Anoche, De Vido quedó alojado en el Hospital Central del Penal de Ezeiza para una revisión médica.

El exfuncionario quedó detenido por dos causas: una tiene que ver con irregularidades en las obras de remodelación de la mina de carbón de Río Turbio y la otra con sobreprecios en la importación de gas natural licuado (GNL).

El exministro abandonó los tribunales federales del barrio porteño de Retiro en medio de un gran operativo policial que incluyó una maniobra distractiva para que fotógrafos y camarógrafos no pudieran retratar el momento del traslado. Mientras un grupo de agentes especiales del Servicio Penitenciario Federal simuló sacar a De Vido debajo de un cúmulo de escudos para evitar fotos y agresiones, el exfuncionario se subió a una camioneta que lo esperaba debajo de las escalinatas de Comodoro Py, con las ventanas tapadas con hojas blancas.

De Vido se entregó en el juzgado a cargo de Luis Rodríguez, quien tiene la causa de Río Turbio (Santa Cruz), y allí fue también notificado de su procesamiento con prisión preventiva en la causa del GNL, que tiene el juez Claudio Bonadio.

El juez Rodríguez investiga el desvío de fondos destinados a modernizar obras en la mina de carbón de Río Turbio, un expediente en el que De Vido está acusado de ser responsable de un fraude contra el Estado de al menos 264 millones de pesos.

En el juzgado de Rodríguez, De Vido fue sometido a declaración indagatoria y, si bien no respondió preguntas, hizo un breve descargo en el que apuntó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y al presidente Mauricio Macri, por lo que consideró "el show" de su detención.

Fuentes judiciales sostuvieron que De Vido le dijo al juez que todos sabían que él no estaba en su casa y que, sin embargo, la Gendarmería debió montar un operativo para alimentar el "escarnio" en su contra, por orden de Bullrich, a pedido del Macri.

De Vido, que en 2019 cumplirá 70 años, y eventualmente allí se podría solicitar el beneficio de arresto domiciliario por edad avanzada, entró a los tribunales por una calle lateral llamada Letonia, acompañado por su abogado Maximiliano Rusconi, que lo trajo en su vehículo y cruzó los terrenos hasta la entrada del ala del Río a las 15.10. Fue en ese momento en donde, corrido por periodistas, alcanzó a decir: "Mandenlé champagne a la doctora Carrio", la referente de Cambiemos que activó las causas en su contra cuando hace tres meses dijo que el exministro de Planificación kirchnerista era un intocable y preguntó "qué pasa con De Vido". "Qué caviar, qué champagne", había escrito Carrió el lunes 16 pasado, cuando la Cámara Federal le ordenó a Rodríguez que detuviera al exministro por la causa de Río Turbio.

Anoche, De Vido fue trasladado al Hospital Penitenciario Central (HPC) para ser sometido a una evaluación médica y psicológica, debido a que es insulinodependiente, y recién después de esa revisión se resolvería si es llevado a la cárcel de Ezeiza o la de Marcos Paz. Cualquiera sea la cárcel de destino, De Vido quedará bajo el programa de IRIC, se encuadra el programa de "Reducción de Índices de Corruptibilidad", el mismo que ya aloja a detenidos como los exfuncionarios Ricardo Jaime y José López, la exmano derecha de De Vido, Roberto Baratta, y el contador de los Kirchner Víctor Manzanares.

Con 176 votos a favor, ninguno en contra y una abstención, la Cámara de Diputados aprobó ayer el histórico desafuero de De Vido en una sesión especial en la que destacó la ausencia de casi la totalidad de los legisladores del Frente para la Victoria que le soltaron la mano al exhombre fuerte del kirchnerismo. Tampoco bajó al recinto el Movimiento Evita. Así, por primera vez desde la restauración de la democracia, en 1983, una Cámara del Congreso aprobó la quita de fueros a un legislador.

 

"Festejo en el cielo, porque hubo justicia"

La reelecta diputada nacional por el frente Vamos Juntos Elisa Carrió cruzó ayer al exministro kirchnerista Julio De Vido, quien pidió que le envíen "champagne" a la legisladora tras su detención, y afirmó que "no" toma "alcohol".

"Que no me manden, porque no tomo alcohol", apuntó la legisladora oficialista en su cuenta de la red social Twitter y aseguró que "donde hay festejo es en el cielo, porque hubo justicia". Según confirmaron a la agencia de noticias DyN fuentes judiciales, el exfuncionario kirchnerista ingresó ayer por la tarde a los tribunales de Comodoro Py (en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) e ironizó: "Mándenle champagne a la doctora (Elisa) Carrió". Carrió fue una de las principales denunciantes de De Vido durante toda la gestión kirchnerista.

 

La nueva ley de fueros, la llave maestra

Julio De Vido es el único legislador desaforado en debate parlamentario de los cinco que fueron sometidos a proceso desde la aprobación de la Ley de Fueros, sancionada en el año 2000, en medio de una investigación a once senadores por las coimas presuntamente recibidas para aprobar una ley de flexibilización laboral. El impedimento de arrestar a cualquier legislador está garantizado en el artículo 69 de la Constitución Nacional, "excepto en el caso de ser sorprendido in fraganti en la ejecución de algún crimen"; de hecho, los primeros casos de expulsiones del Congreso datan de 1867, cuando dos diputados fueron acusados de haber formado parte de una rebelión. Con la aprobación de la Ley de Fueros 25.320 se agrega que la Justicia puede abrir un proceso judicial sobre un legislador, pero no arrestarlo.