Lisandro Peyrán y Marcos Uriza
Enviados especiales a Mar del Plata
Luisa, la madre del suboficial segundo Ricardo Gabriel Alfaro Rodríguez -uno de los 3 sanjuaninos que conforman la tripulación del submarino ARA San Juan-, mantiene la esperanza que le informen que encontraron a su hijo y a los otros 43 integrantes con vida. Por eso sigue yendo a la Base Naval de Mar del Plata cada día desde el sábado pasado cuando arribó a la ciudad costera para enterarse de primera mano cuando haya información de su ‘Gaby’, como cariñosamente le dicen en la familia al submarinista que el pasado 2 de octubre cumplió 37 años. Y en su primera frase dejó clara suposición: “Aquí nos están informando y nosotros estamos esperando, no hay nada dicho todavía. Hay una luz de esperanza para nosotros porque se está buscando, nunca se dejó de buscar”.
-El informe de la explosión que se brindó, abatió a muchos familiares.
-Sí, pero no somos todos iguales. Cada uno lo toma como lo entiende o como puede. Ayer (por el miércoles) fueron muy concisos, muy precisos en la información. Como todavía no se encuentra nada, no digo que algunos bajaron los brazos, pero bueno, se desilusionan. Nadie dio una información fea ni nada. Si no nosotros no estaríamos acá.
-¿A qué se aferra en este momento?
-A Dios Todopoderoso porque para Él no hay imposibles, nada es imposible. En Él me aferro y toda mi familia.
-¿Cómo se enteró de la situación?
-A través de mi nuera y de los medios. El viernes en la tarde decidí venir y el sábado estaba acá. La contención acá en la Base es total, hay psicólogos, médicos. Somos muchos familiares, conversamos, compartimos momentos en una sala de estar muy amplia. Los oficiales y suboficiales se reúnen con nosotros cuando surgen las ronditas. Desayunamos, almorzamos y cenamos. Quien quiera quedarse a dormir, puede hacerlo. Yo estoy alojada en un hotel con una de mis hijas y una tía, que también es esposa de un marino. Y mi otra hija y el papá de Gaby están en la casa de mi hijo. Mi nuera también está acá en la base todo el día y casi todas las noches. Ella quiere que llegue, que lo traigan. Nos dio mucho aliento el presidente Macri, que dijo que no van a detener la búsqueda. Estamos esperando que aparezca, con tanto despliegue de rescatistas.
“Nos dio mucho aliento el presidente Macri, que dijo que no van a detener la búsqueda”
-¿Charló con familiares de los otros sanjuaninos de la tripulación?
-No, con ellos no se dio la oportunidad.
-¿Cómo procesa este tiempo de espera?
-Sé que en el submarino están preparados muy bien, con cursos de supervivencia. Conozco del tema porque trabajo en Salud Pública. Como no se ha encontrado nada, todo puede suceder. Si están a la deriva, son mayores las posibilidades de supervivencia. Y si están abajo, sabrán ahorrar todo el oxígeno. Soy optimista, sé que no puede ser así también, pero dentro de todo hay que ser positiva.
-¿Puede describir a su hijo?
-El es el segundo, entre dos hermanas. Siempre tuvo ese temperamento tipo militar. Durante los años de crianza fue así. Siempre fue y aún es mi regalón. Es muy familiero y muy tenaz también. No terminaba la secundaria y ya estaba dispuesto a inscribirse en Gendarmería. Luego lo hizo en la Marina y haciendo carrera es que después fue submarinista. No recuerdo el año, pero cuando me dijo su intención, lo apoyé porque yo siempre los alenté para que estudien. Acá en Mar del Plata armó su familia, me lo robó mi nuera y son muy felices con los dos niños.
La vereda más triste del país
Aunque el tránsito fue muy inferior al compararlo con el flujo de anteayer cuando los familiares fueron notificados de la ‘explosión no nuclear’, las escenas de dolor en la puerta de la Base Naval de Mar del Plata mantuvieron su intensidad. Disminuyó la cantidad de familiares que se acercaron al predio de la Armada Argentina debido a que un grupo consideró que aquella noticia fue lo último que querían escuchar y que apagaba la esperanza de encontrar a la tripulación con vida.
De todos modos el alambre perimetral siguió recibiendo banderas y carteles de gente que quería dejar su testimonio de recuerdo para todos los tripulantes o alguno en particular, como el de los amigos de Alejandro Tagliapietra, a quien apodan ‘Lucho’ “porque tiene la nariz de un aguilucho”, en el único momento en la vereda de acceso al predio en el que se esbozó una sonrisa en toda la jornada.
Luis, el padre del teniente de corbeta Tagliapietra, fue quien anteayer en Buenos Aires afirmó que le dieron a entender que ya no había esperanzas de encontrar con vida a la tripulación y ayer se trasladó a Mar del Plata. En contacto con la prensa, ratificó lo dicho y fue más allá: “Me atendieron inmediata y amablemente, pero las explicaciones no me terminan de convencer. Según lo que dijeron no podrían haber viajado más de 15 millas desde que se comunicaron y resulta que hicieron 30. Y si iban en línea recta a Mar del Plata, no deberían estar donde los buscan ahora. Y por otro lado, la explicación de la explosión por acumulación de hidrógeno tampoco termina de cerrar”.
La conferencia de Tagliapietra fue en la escollera norte. Antes, ocurrió un hecho inédito en las jornadas anteriores. Un familiar que iba a ser abordado por los periodistas, repentinamente fue escoltado por los guardias del acceso, quienes llevaron al familiar al otro lado de las barras de acceso, impidiendo el contacto con los medios.
El acompañamiento espiritual predominó por la siesta y tarde. A las 15, comenzó la tercera jornada del rezo del rosario, realizado pro marplatenses que pertenecen a distintas parroquias. Y un par de horas después arribó una procesión que había partido desde la gruta de Lourdes en el puerto. El obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, además de encabezar la peregrinación, también estuvo un momento en la Base Naval, para dar su apoyo a los familiares. “Lo que les dije es que se aferren fuerte a Dios. El resultado final no lo sabemos y las esperanzas a esta altura son muy pocas. Sea cual sea el final, que no dejen de agarrarse fuertemente a Dios y a la oración”, afirmó el obispo, quien agregó que “hoy (por ayer) están más tranquilos que ayer (por el miércoles). Evidentemente la noticia fue muy fuerte”.