La jueza de Garantías, Verónica Chicón, ordenó ayer que el dueño de un lavadero de Chimbas, de 36 años, permanezca con prisión preventiva por 4 meses y le concedió a Fiscalía un plazo de 6 meses para investigarlo por los presuntos abusos y violaciones reiteradas contra la hija de su pareja a quien le dio su apellido, entre los 11 y los 15 años. La chica tiene hoy 19 años y denunció los hechos el pasado viernes (primero fue a la seccional, luego al CAVIG) y en el mismo momento en que relataba los hechos, entró en una crisis de nervios (su mamá, esposa del imputado, también) cuando supieron que el sospechoso se había provocado cortes en ambos brazos y le anunció a un cuñado de la chica, que "se iba a matar, que se la había mandado".
Horas después, una de sus hermanas amenazó a la denunciante y a su madre con "quemarles la casa si no se iban". Y ahora las mujeres viven atemorizadas.
Ayer, el fiscal Alejandro Mattar, y sus colaboradoras, Ximena Rodríguez y Giuliana Carosio (UFI CAVIG), dudaron de las intenciones de matarse del imputado ("sufrió cortes leves", dijeron) y derivaron este hecho para que lo investigue la Fiscalía correccional en turno.