Una joven que denunció haber sido abusada sexualmente por el sacerdote Raúl Sidders cuando tenía 11 años y asistía a un colegio privado de La Plata pedirá que le realicen pericias psicológicas y psiquiátricas al religioso. Así lo confirmó el abogado de la joven, Juan Pablo Gallego, según quien la medida se solicitará para conocer el perfil psicológico de Sidders (59).
"Vamos a solicitar la inmediata comparencia a prestar declaración testimonial a su conviviente, el obispo Emérito Héctor Aguer, y a solicitar una exhaustiva pericia psiquiátrica y psicológica del religioso Sidders a fin de que la Oficina Pericial Forense de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia determine los rasgos de personalidad del imputado", precisó Gallego.
Sidders, a quien los alumnos del Colegio San Vicente de Paúl llamaban en secreto "El frasquito", porque los obligaba a masturbarse para guardarse su semen en un frasco, se entregó ayer en la Fiscalía de La Plata y ,tras ser indagado, quedó alojado en la DDI La Plata.
Una fuente cercana a la investigación calificó de "desopilante" la declaración del sacerdote, en la que pretendió desconocer a la víctima y se mostró como "un hombre rural de lenguaje llano" que tuvo "un programa de televisión re-picante", que siempre fue "arisco con las mujeres" y hasta aludió al aborto.
"No recuerdo a la víctima, no me acuerdo los nombres de los maridos de mis hermanas, me oriento en el terreno pero no tengo memoria de nombres", dijo Sidders al ser indagado ayer. Explicó que "en el colegio les explicaba a las chicas el orden natural. Matar a un chico por nacer va a ser siempre un asesinato".
"Soy un hombre rural, tengo un lenguaje muy llano, he recibido sanciones por eso, ahora soy una señorita a los golpes", afirmó. Remarcó que "yo iba a lo central, al pan pan y al vino vino y al que no le guste que se busque otro colegio".
"Quiero aclarar que yo siempre fui muy arisco con las mujeres, no me jodan con la teoría del género, no es del orden natural. Eso me lo decía el mismo Aguer, yo soy de trinchera", sostuvo en otro tramo de su declaración en la indagatoria de ayer.
El sacerdote está acusado del delito de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración en el tiempo y circunstancias de realización doblemente agravado contra una mujer que denunció haber sido abusada por el sacerdote entre el 2004 y el 2008, cuando la víctima tenía entre 11 y 14 años y asistía al establecimiento.
Según consta en el pedido de detención, el sacerdote abusó de la menor de 11 años "a quien hacía colocar sus manos en los bolsillos de la sotana y sentir su pene erecto, situaciones que acaecían en el patio de la institución y durante los recreos, que provocó un grave daño en la salud mental de la niña".
"Asimismo, y en las habituales ocasiones en las que recibía el sacramento de confesión, corrompió a la menor mediante explicaciones personalísimas sobre cómo masturbarse, realizar sexo oral y mantener relaciones sexuales con acceso carnal con su novio", precisó el fiscal en su escrito. La mujer que hizo la denuncia contó que el sacerdote empezó a acosarla a los 11 años.
"En invierno, delante de todos, me hacía poner mis manos en los bolsillos de su sotana porque decía que yo tenía las manos frías, y me hacía sentir su erección", relató la joven a Prensa Obrera.
Contó que el sacerdote, durante la confesión, "me preguntaba si sabía masturbarme y como le decía que no, me explicó con sus dedos, sin tocarme, cómo tenía que hacer. Me sugirió que lo hiciera pensando en él y que en la próxima confesión le contara cómo me había sentido".