Natalia Andino, mamá de una nena de 12 años de la localidad de Candelaria, en San Luis, denunció que su hija sufrió un grave caso de bullying. La mujer contó terribles detalles del acoso que sufrió la menor y pidió desesperadamente “un alto” a los maltratos contra la chica.
Lo que marchaba como una jornada más de estudio en la Escuela Nº 33 “Profesor Gabino Puelles”, rápidamente se transformó en una pesadilla. En su resguardo, se optó por nombrar a la víctima como A.A.
Según detalló su madre en declaraciones a El Chorrillero, todo sucedió el martes cuando A.A se dirigía a su casa después de la clase de educación física.
Mientras caminaba con una amiga, seis de sus compañeros la comenzaron a agredir: “Dijeron ‘vamos a correrlas’. Ellas salieron corriendo pero se dividieron. Empujaron a mi hija y comenzaron a maltratarla”.
“Allí los chicos la mojaron con agua, la insultaron y la golpearon. Pero eso no fue lo único, sino que uno agarró un cartón y le arrojó excremento de perro, le mancharon todo el uniforme. Otro llegó al extremo de pegarle en el pómulo con el pico de la botella. No fue un accidente ni nada”, relató Andino.
Quien detuvo el ataque fue su amiga. Con una rama corrió a los agresores y así pudieron seguir su marcha.
En un primer momento no quiso contar nada pero su compañera le aconsejó que sí lo hiciera. Recién ahí le relató a su mamá todo lo que sucedió.
“Se tiene que hacer eco de lo que pasó para que no le vuelva a suceder a nadie. Ella va a estudiar, no le hace el mal a nadie, va a hacer amistades y no a ser golpeada, humillada e insultada”, subrayó la mujer.
No es la primera vez que le toca vivir algo similar. En sus primeros años de primaria en la Escuela Nº 199 “Provincia de Buenos Aires” sufrió otros maltratos, a tal punto que Andino debió cambiarla de establecimiento y enviarla a uno rural ubicado a 20 kilómetros.
Poco a poco y con asistencia psicológica fue superando la situación, incluso la muerte de un familiar. Culminó la etapa como abanderada, pero cuando comenzó una nueva etapa en la secundaria, el horror regresó.
“Ahora ingresa al primer año con la mala suerte que le toca dos de los agresores de la primaria. Apenas comenzó el periodo lectivo y ya la agredieron. Primero empezaron los insultos y apodos. Las autoridades dijeron que, como sucedió en poco tiempo, no lo pudo detectar”, agregó.
Otra medida por la que optó Andino es radicar una denuncia en la comisaría de la localidad. Se estableció una restricción para que los chicos no se acerquen a menos de 100 metros.
Este jueves los directivos mantuvieron una reunión con los padres de todos los involucrados: “Me remarcaron que iban a tomar medidas”.
Por estas horas, A.A está contenida por su familia y su psicóloga. Más allá de esto, su madre tiene miedo. “Estuvo con depresión, con sesiones de psiquiatría, medicada, pero estaba saliendo adelante. Estaba muy bien y se había recuperado muchísimo. Que le pase de nuevo es tremendo. Es jodido, como madre estoy asustada, tengo bronca”, manifestó.
El último mensaje de Andino es claro y es que se detenga el bullying en los chicos: “Se tiene que decir basta, que se concientice más, que se trabaje el tema en las escuelas, es muy importante. Hasta que no pase algo grave no le dan importancia. Las víctimas se sienten culpables, ellos llevan la culpa y el miedo y el agresor puede ir tranquilamente a la escuela y seguir haciendo lo que se le canta”.
Fuente: El Chorrillero