PRIMERA NOTA
La inteligencia artificial -IA-, "está transformando profundamente nuestra sociedad. No es un tema abstracto, sino más bien una cuestión presente ya en diversos ámbitos. Los asistentes virtuales como Google, Siri (de Apple), Alexa (de Amazon), ChatGPT, forman parte de la vida cotidiana de buena parte de nuestras familias", comenzó señalando Monseñor Jorge Lozano en el cierre del Seminario Internacional Agro 5.0 realizado en la UCCuyo el pasado 29 de octubre.
Hoy utilizados en innumerables acciones del hombre, "los sistemas basados en IA, nos sorprenden, impresionan, nos generan expectativas y asustan, todo al mismo tiempo. Aún no podemos imaginar su desarrollo, y si tiene un techo o punto de llegada".
"Quiero abordar en estas reflexiones los desafíos éticos que plantea la IA desde el prisma de la antropología y la concepción que tenemos de la sociedad y el universo. En un mundo cada vez más digitalizado, es esencial analizar cómo esta herramienta afecta nuestra comprensión de lo que significa ser humano y cómo se relaciona con nuestras creencias y cosmovisione", indicó.
Para Lozano, "estamos ante una creación del talento humano, no una cuestión mágica o fatalidad del destino. Es necesario cuestionarnos acerca del lugar ocupa la persona, nosotros en concreto, ante la IA. La Iglesia, el cristianismo, no está en contra del progreso humano o científico. Tengamos en cuenta que las primeras universidades han surgido en los monasterios e Iglesias", afirma. Además, "uno de los impulsores de la teoría del Big Bang acerca del origen del universo fue un sacerdote jesuita, el físico-matemático belga Georges Lemaître (1894-1966) llamado con justicia el padre del Big Bang".

LA IGLESIA NO ES TECNOFÓBICA
Para el arzobispo, "hay situaciones y áreas en la que es evidente su influjo positivo de la IA: mejora de la producción de alimentos saludables y seguros, diseños de infraestructura más sustentables, fuentes de energía renovables más eficientes, diagnósticos médicos más exactos, sustitución de tareas rutinarias o peligrosas, predicciones meteorológicas, previsión frente a desastres naturales, mayor eficiencia operativa en industrias, gestión más rápida del tráfico en la vía pública, educación más personalizada, comunicación más inmediata y a disposición de mayores sectores sociales".
Pero, "sin reglas efectivas y sin liderazgos éticos, hay riesgo de que genere perjuicios, cree nuevas desigualdades y amplíe las ya existentes. No hace falta buscar mucho para encontrar ejemplos de estos sistemas generando situaciones injustas o que reproduzcan nuevas brechas sociales" .
DESAFÍOS ÉTICOS
Al abordar este tema, Lozano indicó: "es una herramienta tecnológica muy poderosa que puede expandir nuestra condición humana y nuestra vida en común, pero también limitarla o sacrificarla".
A veces, "se encasilla a la ética como una disciplina teórica, o una serie de principios para ser aplicados en el ámbito de la filantropía, de las opciones individuales". Y se cuestionó: "¿Cómo podemos asegurarnos de que la IA se desarrolle y utilice de manera ética para el beneficio de la sociedad en su conjunto?".
"Un principio que es necesario afirmar es que no todo lo que es posible hacer es bueno realizarlo", afirmó y enumeró luego "los principios éticos consensuados publicados por la Unesco -a los que adhirieron 193 países-, que se proponen a todos los actores y como guías de las políticas públicas a nivel regional y de cada país".
Para monseñor, "son necesarias las regulaciones claras que incluyan estos principios y líderes éticos que las pongan en marcha a lo largo de todo el proceso desde el diseño hasta la implementación y evaluación de sistemas de IA".
MARCA ANTROPOLÓGICO
Desde una perspectiva antropológica, "nos enfrentamos a la pregunta fundamental: ¿Qué significa "ser humano" en un mundo cada vez más dominado por la tecnología?. La creación de sistemas de IA que imitan, aunque aún lejos, la inteligencia humana, nos obliga a reflexionar sobre nuestra identidad y nuestras capacidades únicas como seres humanos. ¿Quién decide su orientación y en base a qué paradigmas? -lo deciden las empresas conforme a beneficios económicos. La gratuidad aparente es lo que se necesita para el entrenamiento de la propia IA".
"Uno de los problemas que encontramos es que varios de los planteos en torno a la IA son de corte materialista. En este sentido pueden influir en cómo "veo" el mundo, la humanidad, el futuro, el destino. -En teoría, se alimenta de la interacción con las personas y responden en consecuencia por otra parte se puede programar la respuesta-. "Depende de la cosmovisión en la cual nos ubicamos. Lo mismo alcanzamos a decir de la Inteligencia de cada persona. Pero en el caso de la IA estamos cayendo en la cuenta del "poder de incidencia" que tiene", indicó el pastor.
A su vez, "afirmamos que son propias de la condición humana la compasión, el amor, el cuidado de la fragilidad y vulnerabilidad. Nos preguntamos: ¿Cómo nos cuida la IA de la envidia, la codicia, avaricia, violencia, crueldad, discriminación? Cómo plantear las relaciones de amistad, la familia, la sexualidad, los vínculos entre los países y etnias -totalmente influenciada por los desarrolladores y los usuarios-.
Y entonces Lozano se preguntó: ¿Puede llevarnos a un mundo más justo, más humano?. Estamos ante nuevas oportunidades y nuevos riesgos".
EN NÚMERO
4 son al menos los tipos de inteligencia artificial hoy: memoria limitada, teoría de la mente, autoconciencia y máquinas reactivas.
