¿Parto vaginal o cesárea? En el informe Microbiome Utrecht Infant Study realizado en Países Bajos se detalló que, según un seguimiento realizado en ambos casos, los bebés nacidos por cesárea tenían un retraso en el desarrollo normal de su flora (o microbiota) intestinal, y una mayor abundancia de bacterias potencialmente dañinas. Los bebés nacidos por parto natural no presentaban esta condición, los que disminuía el riesgo de infecciones respiratorias.
Este estudio fue presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID, por sus siglas en inglés) que se celebró este año en Ámsterdam. Para evaluar los efectos independientes del modo de parto, Marta Reyman, del "Wilhelmina Children’s Hospital" y sus colegas analizaron el desarrollo de la microbiota intestinal en 46 casos de cesáreas y 74 recién nacidos por parto vaginal. La administración de antibióticos a las madres sometidas a una cesárea se pospuso hasta después del pinzamiento del cordón umbilical. También se examinaron las muestras de heces maternas dos semanas después del parto.
Más de 1.000 tipos diferentes de bacterias viven en el intestino, donde producen funciones importantes para la salud, por ejemplo, ayudan a digerir los alimentos, estimulan el desarrollo del sistema inmunológico y protegen contra las infecciones. Después del nacimiento, los bebés son colonizados por una creciente diversidad de microbios intestinales hasta que alcanzan un estado relativamente estable.
Se cree que el ritmo y el patrón mediante el cual los bebés adquieren su flora intestinal tienen un impacto sustancial en la salud en el futuro. La interrupción del desarrollo normal de la flora intestinal se relaciona con enfermedades como colon irritable, asma, alergias y cáncer. Investigaciones anteriores indican que el desarrollo de la microbiota en la vida temprana está influenciada por el modo de nacimiento, aunque se había pensado que esto dependía principalmente de la exposición materna a los antibióticos.
En los bebés nacidos por cesárea, la microbiota intestinal fue menos estable y el desarrollo de la especie bacteriana Bifidobacterium spp(promotora de la buena salud) se retrasó en comparación con los niños con parto vaginal. Además, los bebés nacidos por cesárea tenían niveles mucho más altos de bacterias intestinales potenciales patógenas, independientemente de la duración de la estancia hospitalaria después del nacimiento, el tipo de alimentación y el uso de antibióticos. Curiosamente, los autores también encontraron que la flora intestinal en las primeras etapas de la vida se asoció con el número total de infecciones respiratorias durante el primer año.
Si bien la cesárea es una práctica que está indicada para cuando la vía vaginal ponga en riesgo la vida del bebé o de la mamá, en muchos casos se realiza innecesariamente. En Argentina, cerca del 40% de los partos se realizan de esta manera, un promedio por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que establece que no hay razones científicas para que las cesáreas se practiquen en más del 15% de los nacimientos.
"Nuestros hallazgos sugieren que el modo de parto afecta al desarrollo de la microbiota intestinal, independientemente del uso de antibióticos por parte de la madre durante el parto. En comparación con los recién nacidos por parto vaginal, los niños nacidos por cesárea tienen diferentes trayectorias de colonización bacteriana, lo que podría tener implicaciones para su salud respiratoria futura", dice Marta Reyman, estudiante de doctorado en este estudio.