El consumo de vino tinto y frutos rojos ayuda en la prevención y atención de enfermedades mentales degenerativas y otros padecimientos, afirmó un estudio de la Universidad de Oporto, en Portugal.  

 

Consumir regularmente tanto frutos rojos (frambuesas, fresas o moras) como vino tinto puede contribuir a regular la flora intestinal, reducir la inflamación, prevenir la depresión y ayudar en la lucha contra la demencia y otras enfermedades neurodegenerativas, explica el centro de investigación en una nota.

 

En todos estos alimentos están presentes las antocianinas, unos pigmentos que otorgan a estos frutos su particular color y que serían los responsables de estas propiedades. Este descubrimiento "abre el camino a una nueva estrategia terapéutica en la prevención y el tratamiento de enfermedades como la ansiedad o la depresión", explica la coordinadora de la investigación, Conceição Calhau.

 

El hallazgo se ha realizado en el marco de un estudio que evaluaba la relación entre la alimentación, la flora intestinal y el cerebro.

 

En una primera fase, llevada a cabo con animales, los científicos descubrieron que una alimentación rica en grasas saturadas disminuye las bacterias beneficiosas de los intestinos e induce a la inflamación del cerebro.

 

En la segunda fase, se comprobó que el consumo de extracto de moras en animales permitía mejorar las condiciones de su flora intestinal y reducir la inflamación cerebral "que subyace a las complicaciones neurológicas asociadas a la obesidad", afirma el estudio.

 

Por su parte, los científicos comprobaron el impacto en humanos del consumo de puré de mora, y en los casos en los que la ingesta era complementada con vino tinto, los niveles de antocianinas en sangre aumentaban.

 

"Son necesarios más estudios para descubrir si los individuos con exceso de peso u obesidad pueden beneficiarse del consumo de alimentos que contengan simultáneamente antocianinas y alcohol, como el vino tinto", concluyó una de las investigadoras del estudio, Cláudia Marques.

 

El Cintesis (Centro de Investigación en Tecnologías y Servicios de Salud) ha sido el organismo encargado de realizar el estudio. on sede en la Universidad de Oporto, esta unidad de I+D agrupa 46 unidades colaboradoras y cerca de 500 investigadores.

 

Fuente EFE