Tragedia. Mathias Chávez no resistió la fuerte descarga eléctrica de la bomba de agua que pretendía usar para regar la canchita de su casa.

 

"Mami, le voy a echar un poco de agua a la canchita porque esta noche vamos a jugar con los chicos". La madre de Mathias Chávez jamás imaginó que esas iban a ser las últimas palabras de su hijo. Es que el chico de 15 años recibió una descarga eléctrica fulminante cuando tomó contacto con la bomba con la que pretendía extraer agua de un canal y al rato murió en el hospital, dijeron fuentes policiales.

La desgracia ocurrió en la tarde del pasado martes. Según el relato de sus familiares, sobre las 20, Chávez regaba la canchita que la familia tiene a un costado de su casa de San Martín, ubicada sobre calle Rawson, unos 500 metros al Oeste de Belgrano, en la zona de La Puntilla.

 

Mathias Chávez

 

El joven tenía puestos unos gomones, pero ni eso lo salvó de morir.

Para eso utilizaba una bomba que extraía agua del canal de riego que pasa por el frente de la vivienda. Al parecer, ya había echado un poco de agua cuando un problema en el aparato complicó las cosas. "Se había trancado la bomba y por eso fue a ver qué problema había", dijo Roberto Mercado, tío del chico. Según voceros del caso, todo indica que la bomba había dejado de succionar agua y por eso Chávez intentó solucionar el problema echando agua con un balde por el conducto para purgar el aparato, cubierto con un tornillo.

Lo que trataba de hacer era llenar de agua esa zona de la bomba para que volviese a succionar líquido, y quitar el aire, explicaron.

Eso sí, el joven no fue precavido e hizo todo con el aparato encendido. Para peor, el cable del enchufe era demasiado corto, dijeron los pesquisas. Todo eso desencadenó una descarga eléctrica fatal. Chávez quedó tendido a un costado de la bomba. Estaba con vida, pero se notaba que el daño era casi irremontable.

Y así fue. Lo trasladaron en una ambulancia al Hospital Rawson, pero cerca de las 22 los médicos no pudieron hacer más nada.

 

Efectivos de la División Criminalística trabajaron en el lugar para recabar todas las evidencias en la escena del siniestro. Secuestraron la bomba, el balde y los gomones que tenía puestos el joven y elevarán un informe a un juez, para que decida.

Ayer en el velorio su familia, amigos y compañeros de la Escuela Augusto Pulenta lo despedían, destruidos. "Era excelente, educadito. Esto destroza a la familia", dijo el tío.