Acompañada. Desiré siempre está acompañada de su mamá que tiene hasta su propio libro con recetas para cocinarle a la nena.

 

"Al principio fue muy duro. Sobre todo al momento de tener que comprar las cosas para alimentarla. Fuimos sobrellevando la situación hasta que recibimos la asistencia del Gobierno, con los módulos de harinas. La alimentación de ellos es muy cara", dijo Mónica Arancibia, la mamá de Desiré Álvarez que tiene 10 años y es celíaca desde los 4 años. 

"Los fideos, que pesan menos de 300 gramos, cuestan unos $100 y come una sola vez", agregó la mamá y comentó que Desiré tiene que comer varias veces al día porque tiene déficit de peso. Sobre cómo organiza la comida para la familia, Mónica explicó que todos comen el mismo menú. Sin embargo, para su hija prepara muchos alimentos aparte. "Hago fideos para nosotros y los de ella en otra olla, para no contaminarlos, mientras que la carne o cualquier otra cosa que acompañe a los fideos es igual para toda la familia. Siempre tengo que estar muy atenta para no confundirme", agregó la mujer. Además comentó que Desiré durante dos años tuvo anemia recurrente, hasta que comenzó con diarrea. Así fue que su mamá la llevó a un gastroenterólogo. "Cuando la especialista la vio me dijo que la piel y las uñas evidenciaban que era celíaca. Tenía su piel cristalina y las uñas quebradizas", explicó la mujer, mientras que la nena dijo: "a la escuela llevo mi merienda y mi almuerzo. Me cuido con mis cosas, cuando me quieren dar pan les digo que no. Lo que más me gusta comer es torta y mi mamá me prepara una vez al mes con maicena. Cuando voy a celebraciones también llevo mi vianda con galletas u otras cosas. Después juego como todo los niños".