El humor en Argentina, así como tantas otras cosas, cambió mucho en los últimos años, sobre todo por estos días cuando en el medio se busca justamente reivindicar el respeto hacia la mujer.
Por eso, muchos chistes que en los ’80 parecían graciosos hoy no lo son y hasta pueden terminar con la carrera de un artista, como por ejemplo la de Santiago Bal (82), muchas veces criticado por sus polémicos dichos.
En ese contexto, el reconocido actor se vio envuelto en las últimas horas en un tremendo escándalo por un sketch que protagoniza en la obra Cocodrilo, Circo y Varieté con una despampanante vedette llamada Jorgelina Quiles (25).
Sucede que, en ese cuadro de la revista producida por Omar Suárez en Mar del Plata, el ex de Carmen Barbieri (62) busca una pulga que tiene como mascota y al parecer va a parar al cuerpo de una voluptuosa mujer (Quiles) sentada en la primera fila de la platea.
Entonces, según se pudo ver este martes en Confrontados (El Nueve, a las 14:15), a través de un video de la obra en cuestión, la bailarina y actriz se desviste en escena hasta quedar sólo con un culote de encaje negro.
Pero como el pequeño insecto no aparece, Bal le exige a su compañera en medio de la sala del teatro Olympia: “Hagamos una cosa, señora. Yo le tengo las tet…, sáquese usted la bombacha”.
“Desde el momento en que planteamos el sketch en ningún momento sentí nada raro. Para mí fue todo natural porque soy actriz y nunca existió una falta de respeto. Nunca me sentí cosificada. Al contrario, yo estaba feliz de trabajar con Santiago”, explicó la joven vedette marplatense.
Y agregó: “La protagonista del sketch es la pulga, no yo. Mi cuerpo en ningún momento es tomado para la risa o para hacer un chiste y la pulga termina estando en el elástico de la bombacha”.
Tras el estallido de la polémica, Bal opinó este miércoles en Intrusos (América, a las 13.30) que las repercusiones por ese número de su obra no deberían ser tales, ya que además de nunca faltarle el respeto a su compañera, esta lleva puesto un doble corpiño por lo que se trata de un falso topless.
Pese a las palabras de los protagonistas del escandaloso sketch, Omar Suárez, productor del espectáculo, consideró levantar esa escena de su obra debido a las críticas en los medios.
Suárez contó que Bal está deprimido por la situación: “Se descompensó anteayer y ahora hace dos días que no quiere comer”, explicó. Y agregó: “Dice que lo quieren ver muerto”.