El tema fue furor el año pasado, pero la industria musical de Estados Unidos, dijo no. Y así, pese a batir récords con Despacito, Luis Fonsi y Daddy Yankee se fueron sin ningún gramófono en la 60ta edición de los premios Grammy.
La canción, en su versión remix con Justin Bieber, estaba nominada en tres categorías: grabación del año, canción del año y mejor actuación de dúo o grupo; con tan sólo ganar uno de esos premios, el hit podría haber ingresado en la historia de los galardones de la Academia de Grabación de Estados Unidos como la primera canción en español en ser premiada.
Pero eso no pasó. El elegido fue Bruno Mars -que arrasó con seis estatuillas- y así se esfumaron los sueños latinos de festejar con “música en tu idioma”. Las redes explotaron y hasta acusaron de racistas a los miembros de la Academia.
“No nos vamos con las manos vacías esta noche. Romper la barrera del idioma y unir al mundo con una canción es el mejor premio que uno puede ganar. Sigamos compartiendo nuestra cultura y nuestra música latina con el mundo entero”, escribió Fonsi en Instagram; mientras que Daddy Yankee se limitó a agradecer el amor y apoyo recibidos.
Este reggaetón rapero fue el video más visto en la historia de Youtube; el tema más descargado hasta el momento con 4.600 millones en distintas plataformas y la primera canción en español en alcanzar el número 1 de la lista de Billboard en Estados Unidos desde “Macarena” (de Los del Río, en 1996).
¿Injusticia o justamente lo contrario? Opiniones divididas y una canción que parece que tiene cuerda para un rato más.