Bettina Lerman dio una sorpresa de aquellas, permaneciendo cerca de un mes intubada en un hospital de Portland, Maine, hospitalizada por coronavirus, enfermedad que agravó rápidamente en la mujer de 69 años. En consecuencia, los médicos le dijeron que no despertaría.
“Nos dijeron: ‘Tu madre nunca se va a despertar’”, recordó su hijo, Andrew Lerman, en conversación con The Washington Post. Pero, prontamente daría la sorpresa: la mujer sí lo hizo.
Tras una semana de hospitalización, le colocaron un ventilador mecánico y cayó en un coma que duró al menos un mes. Los doctores aseguraron que los pulmones de Bettina estaban "destruidos" y considerando el historial de enfermedades que tenía, tales como la diabetes y cardiacos, era difícil que sobreviviera.
Ante los dichos del médico, los hijos acordaron un día en específico para retirarle el soporte vital. Cancelaron su contrato de arrendamiento e incluso donaron sus cosas.
Posteriormente, planearon el funeral de su madre, eligiendo la ropa e incluso llegaron a elegir la lápida y el mensaje que llevaría esta.
Llegado el día, exactamente el 29 de octubre, Andrew Lerman recibió una llamada que lo dejó helado. El mismo médico que le dijo que su madre no despertaría, le contaba que la mujer sí lo hizo.
Sorprendido, dejó el teléfono. Esa misma fecha, junto con sus hermanos, habían acordado desconectarla. Finalmente, dejó la unidad intensiva de cuidados y aunque todavía necesita asistencia para respirar, está en constante mejora.
"Ahora los médicos hablan de su rehabilitación en el hospital. Tres semanas y media atrás, hablaban de su muerte", concluyó Andrew.