El papa Francisco presidirá desde la madrugada de hoy hora Argentina en la Plaza San Pedro el funeral del pontífice emérito Benedicto XVI, fallecido el sábado en el Vaticano a los 95 años, en una ceremonia inédita en la historia moderna de la Iglesia que estará marcada por un fuerte operativo de seguridad.

Francisco presidirá desde las 9.30 de Roma (5.30 de Argentina) de hoy la misa de funeral de su antecesor Joseph Ratzinger, el Papa elegido en 2005 y que renunció al pontificado en 2013, en la primera ceremonia de la modernidad en la que un pontífice en funciones despide a uno emérito.

El cuerpo de Ratzinger, que desde el lunes hasta ayer recibió el último adiós de casi 200.000 personas en la Basílica de San Pedro, será luego depositado en una de las criptas del subsuelo de la Basílica, dentro de un triple ataúd de ciprés, zinc y madera, en el que será enterrado junto a un ‘rogito’, un pergamino con los puntos altos de su pontificado, y las medallas y monedas emitidas por el Vaticano en sus años como obispo de Roma.

La celebración de las exequias del Papa emérito seguirá el modelo habitual para las de un Pontífice reinante, con algunos elementos originales, adaptaciones y otros elementos ausentes, informó el portavoz papal Matteo Bruni. La primera de las cinco oraciones de los fieles, en alemán, será ‘por el Papa emérito Benedicto, que se ha dormido en el Señor: para que el Pastor eterno lo acoja en su reino de luz y de paz’, mientras que las otras peticiones serán en francés, árabe, portugués e italiano, de acuerdo al libreto de la celebración.

Otra de las diferencias entre la ceremonia de hoy y las que se realizan en caso de muerte de un Papa en funciones es que el Vaticano no decretará feriado de sus oficinas, que permanecerán abiertas con un sistema de guardias. Tras la misa del funeral, Francisco presidirá el rito de la Ultima Commendatio (la última recomendación) y la Valedictio (la despedida), con el que el cuerpo de Benedicto XVI quedará ya dentro de la cripta en la que antes estuvo Juan Pablo II.