Sebastián Rodrigo Romero, militante del PTSU, se convirtió en una suerte de ícono cuando disparó con un mortero atado a un palo contra la Policía porteña frente el Congreso de la Nación, en medio de las protestas contra la reforma provisional impulsada por la administración de Mauricio Macri.
Fotografiado por el reportero gráfico de Infobae Nicolás Stulberg, la imagen de Romero se convirtió en memes en redes sociales. “Gordo Mortero” fue su apodo. Se convirtió rápidamente en un prófugo, el más reconocible y buscado del país, con un pedido de captura nacional e internacional en su contra.
Así, Romero pasó más de dos años prófugo, con una recompensa sobre su cabeza de un millón de pesos ofrecida en 2018 por el Ministerio de Seguridad de la Nación y una circular roja de Interpol sobre su cabeza.
Hoy por la mañana, según confirmaron fuentes oficiales, Romero fue capturado en un campo en la zona del Chuy en Uruguay, tras una investigación del área de Interpol de la Policía uruguaya en colaboración con sus pares argentinos de la Policía Federal, luego de meses de rastrearlo en el área, tras una búsqueda inicial en Brasil. Romero, según fuentes, se entregó sin pelear. Se cree que habría recibido apoyo de estructuras locales.