Fue un oratorio de adobe emplazado en medio del desierto, en Albardón, camino a Mogna, donde la fe empezó a tomar forma, hace algunos años. Sin embargo, el pico máximo ocurrió entre el 2015 y 2016, cuando se supo que un milagro sanjuanino iba a transformar en santo al Cura Brochero. La milagrosa recuperación de Camila Brusotti, tras haber sido golpeada salvajemente por la pareja de su madre, fue el segundo milagro del cura cordobés y que finalmente lo transformó en Santo.
Luego de salir a la luz esta historia, en la provincia comenzaron a proliferar las agrupaciones en el nombre de Brochero y su imagen fue colocada en varios templos, incluso en el sanatorio donde estuvo internada Camila. Cuando se realizó la canonización, en octubre del 2016, muchos sanjuaninos fueron hasta Córdoba, el pueblo donde vivió el cura, para presenciar la transmisión en vivo que se hizo desde El Vaticano. Miles de fieles coparon el pequeño pueblo y en San Juan también hubo ceremonias.