Este lunes se inició en la provincia la cuarentena administrada y con ella, la posibilidad de vender, por medios electrónicos, telefónicos u online, entre las 10 y las 16. Sin embargo,  en las primeras horas reina el desconocimiento entre los comerciantes sanjuaninos.

Hay dos realidades bien marcadas: en aquellos comercios ubicados sobre calles Laprida, Avenida Libertador, Rioja y General Acha, dedicados en su mayoría a  la venta de  librería, marroquinería y  polirubros y en los ubicados en el interior de la peatonal.  Es que por donde está permitida la circulación peatonal, los comerciantes exhiben números de teléfono para poder hacer pedidos y consultas, pero en la zona restringida el movimiento es nulo.

La mayoría de los pequeños comercios no cuenta con sitios web para ofrecer sus productos y muchos están improvisando sobre la marcha algún tipo de portal. Sin embargo, organizar una forma de envío y pago resulta de los escollos más difíciles de sortear.

“Hoy nos dedicamos a ver cómo vamos a ofrecer los productos y cuál de ellos. Hasta ahora estamos pensando en ropa de cama y línea hogar que sabemos que es más difícil que se requiera cambios”, reconoció el encargado de Galver. En este local, como en otros consultados, reconocieron que uno de los puntos a definir es cómo cobrar los productos.

“Estamos averiguando los costos de algunos sistemas como Mercado Pago o la posibilidad de un delivery que lleve un posnet inalámbrico, pero estamos recién informándonos”, dijo la encargada de Cyrayo, dedicados a la venta de indumentaria deportiva.

En la zapatería Modal varios empleados trabajan desde las 10 en la preparación de los calzados que serán exhibidos en una página web en la que trabajan por estas horas, pero que aún no tiene fecha para ver la luz.

Durante al recorrida se comprobó que los pocos locales en los que habían empleados se organizaron turnos para evitar la proximidad física.

En muchos locales dedicados a la venta de artículos de librería, mercería, marroquinería, juguetes los comerciantes colocaron grandes carteles en las puertas con el número de teléfono para hacer consultas por whatsapp.

“Lo que estamos haciendo es que nos hagan el pedido, mostramos las opciones con su precio y ahí se concreta la operación y se da el precio del envío y la demora en la entrega”, contaron desde Musimundo donde las puertas permanecían cerradas y con dos empleados en su interior.

La excepción son  algunos comercios de muchos años o que son franquicia de grandes cadenas, la venta funciona por los portales web oficiales de cada marca  y con varias formas de pago.