El 5 de cada mes tienen una cita impostergable a la que asisten gustosos y con un objetivo principal: agradecer estar vivos. Maximiliano Robles, Ana María Murcia y Daniela Garay aseguran que superaron el cáncer gracias a la bendición de Santa Águeda. Es por este motivo que no sólo asisten cada mes a la misa en su honor, sino que además dieron testimonio de su recuperación para contagiar la fe y devoción por la Patrona del Cáncer. Su imagen se encuentra en la Parroquia Santos Cosme y Damián, en la Villa San Damián, Rawson, donde llegó gracias a la donación de una devota suya.

Las señales  para una pronta recuperación

"La primera vez que fui a la misa por Santa Águeda, no pude parar de llorar durante toda la celebración". Al día siguiente de que vi esa luz en el comedor de mi casa viajé a Mendoza a retirar el resultado de los estudios de control. Un par de días antes, me despedí y me hice una foto con el enfermero que me hacía la quimioterapia. Le dije esta es la última vez que vengo. Tenía esa sensación, pero sin saber por qué. Cuando me entregaron los estudios vi las imágenes de mi organismo. Estaba completamente limpio, sin rastros del cáncer. Y así me lo confirmó la doctora", dijo Maximiliano Robles.

 

El dolor como ofrenda

"Por una prima conocí a Santa Águeda y fui a verla. Hasta un mes antes de que naciera mi bebé fui a sus misas. Cada vez que fui le recé y le ofrecí mi dolor como ofrenda. Como durante el primer mes de tratamiento me enteré que estaba embarazada de dos meses, el médico me suspendió la medicación incluidos los calmantes. Tenía fuertes dolores y sólo podía tomar un analgésico. No me importó el sufrimiento. Lo tomé como una ofrenda para la Santa. El médico me decía, no te encariñes ni ilusiones, porque atravesaba un embarazo de alto riesgo. Pero ambas estamos vivas", dijo Daniela Garay.

 

Con la Santa a todas partes

"Al mes que me detectaron cáncer en la mama derecha me operaron y me sacaron todos los ganglios debajo del brazo porque se estaba expandiendo. Cuando el médico me hizo el examen de control me cambió de máquina porque pensó que la otra estaba fallada. Es que no tenía ni un rastro de la enfermedad. Eso se lo debo a Santa Águeda por eso siempre llevo una estampita suya en la cartera y un pañuelito con su imagen debajo del corpiño. Por eso asumí la misión de difundir su amor por todos lados. Siento que siempre voy a estar en deuda con ella por este milagro", dijo Ana María Murcia.

La venida de la Santa
 

El 5 de mayo de 2018 entronizaron la imagen de Santa Águeda en la Parroquia Santos Cosme y Damián, en la Villa San Damián. Cuatro meses después llegaron a este templo las reliquias de la Patrona del Cáncer. Se trata de restos óseos que fueron donados por sacerdotes de Roma. El 5 de cada mes se celebra misa en su honor y se exponen las reliquias para bendición de los presentes.

Ninguno de ellos sabía que existía una Patrona del Cáncer y que su imagen estaba en Rawson. Fueron otras personas que les recomendaron visitarla y pedirle con fe superar la enfermedad. Lo hicieron y consiguieron el "milagro". "Un día en la calle me paró una mujer que me saludó feliz por haberme encontrado después de tanto tiempo. Yo no la conocía, pero ella dijo que fue mi compañera en la fábrica en la que trabajé. Cuando supo que yo tenía cáncer de mama me recomendó a su médico y me dijo donde podía encontrar a Santa Águeda para rezarle. Lo hice y me curé. Busqué a esa mujer para agradecerle y jamás la volví a ver. Su médico me dijo que no tenía ninguna paciente con ese nombre. A veces creo que fue la propia Santa la que se cruzó ese día en mi camino", dijo Ana María Murcia, de 46 años.

Ahora, ya recuperada, asiste el 5 de cada mes a la misa en honor a la Patrona del Cáncer y reparte estampitas con su imagen en todo lugar al que asiste por algún trámite. Y hasta le deja botellitas de agua bendita a su kinesióloga para que reparta entre sus pacientes.

Para Maximiliano Robles, de 36 años, Santa Águeda lo visitó en su casa. Dijo que no logró distinguir su imagen, pero que algo le dice que esa luz intensa que invadió el comedor de su casa a las 3 de la mañana era ella. Hoy, este enfermero recuperado de un cáncer del sistema linfático, le habla sobre ella a todos los pacientes que atiende, les entrega estampitas con una oración y hasta bautizó con el nombre de esta santa el geriátrico que inauguró hace poco.

Ni bien abre los ojos en la mañana, Daniela Garay, de 35 años, reza para dar gracias por las dos vidas. Por la de ella y por la de su bebé de 5 meses. Cuando llevaba dos meses de tratamiento contra un nódulo cancerígeno en el útero se enteró que estaba embarazada. Contra todos los pronósticos médicos, la joven no perdió el embarazo, superó la enfermedad y su beba nació sana sin que las drogas del tratamiento oncológico la afectaran. "Realmente Santa Águeda nos salvó a las dos por eso le rezo todos los días y voy a las misas en su honor. El mes pasado, que ya estaba en mejor estado, llevé a mi bebé a la misa y la presenté ante todos los fieles que habían ido a la misa. Fue muy emocionante compartir este milagro con todas estas personas", dijo la joven mamá.