En juicio abreviado, Juan Gregorio Riveros, de 70 años, fue condenado a 10 años de prisión por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante y su víctima fue una niña, desde que tenía 6 años y hasta los 8, vecina de su domicilio.
Fuentes judiciales indicaron que quedó demostrado que Riveros hacía entrar a la niña a su casa engañandola, en ocasiones ofreciéndole agua, otras para que usara el baño o simplemente invitándola a pasar. Cuando lo conseguía, le tocaba sus partes íntimas por debajo de la ropa y también le rozaba con su pene la vagina de la pequeña.
Para que nadie supiera de los ocurrido, Riveros le daba a la niña distintas sumas de dinero y luego la sacaba por la ventana de su habitación, a fin de evitar ser descubierto.
