No saber cómo manejar el estrés provoca ciento de problemas en las personas, no solo a nivel anímico, sino también físico, por lo que implementar diversas técnicas de relajación ayuda a liberarte de esa energía negativa.
Una de ellas puede ser la respiración cuadrada (Box Breathing). Consiste en realizar respiraciones lentas y profundas mientras se está sentado en una silla con la espalda recta, apoyando la planta completa de los pies en el piso, y las manos en el regazo, con las palmas hacia arriba.
Se comenzará exhalando lentamente por la boca hasta sentir vaciar completamente los pulmones. La clave es llevar toda la concentración posible a la respiración, liberando la mente de otro tipo de pensamientos. Al inhalar, hacerlo profunda y tranquilamente por la nariz, contando hasta 4, contener el aire por cuatro segundos y exhalar lentamente. Repetir este proceso las veces que sientas necesario, procurando no tensionar ninguna parte del cuerpo.
Otra técnica que puedes poner en práctica es la visualización. Esta técnica permite un recorrido de imágenes mentales a un lugar pacifico y tranquilo, por lo que incorporar los sentidos ayuda mucho si te cuesta la visualización. Podrías ayudarte con sonidos de la naturaleza y con algún incienso o similar. Busca una posición cómoda, cierra los ojos y respira de manera lenta y tranquila.
A medida que vas respirando, fija la concentración en aquellos lugares que en algún momento te ofrecieron tranquilidad o serenidad. Puede ser un momento familiar, una tarde en la montaña, o esas vacaciones en la playa. Trata de quedarte ahí, en ese lugar imaginario durante unos minutos mientras te vas relajando y alejando de la situación que te generó estrés.
La tercera sugerencia para relajarte es realizar una ejercitación muscular progresiva. Este ejercicio permitirá que la persona se concentre en cada parte del cuerpo para tensarla y luego relajarla, siendo consciente de las sensaciones físicas del cuerpo.
Para llevar a cabo esta técnica es necesario recostarse en una superficie plana y cómoda, y repetir cada paso dos veces antes de pasar al siguiente grupo muscular. Primero se comenzará por los músculos de los pies, luego las piernas y glúteos subiendo por el abdomen, pecho y espalda. Antes de llegar a los músculos de la cara, se trabajará en los brazos y manos. Procura dedicarle tiempo y consciencia a cada parte del cuerpo, para que el ejercicio esté bien realizado y se logre el alivio buscado.