En septiembre pasado, se reavivó la polémica en torno a la Pampa El Leoncito porque los dueños del terreno colaron un cartel que restringe el acceso de visitantes. En ese marco, las autoridades de Calingasta y del Ministerio de Turismo aseguraron que se iba a apurar la ley que permitiría la expropiación del terreno. Ese momento llegó.

 

En la sesión de este jueves, a instancias del legislador calingastino Alfredo Amín, la Cámara de Diputados deberá considerar si declara de utilidad pública y sujeto a expropiación el inmueble ubicado en la localidad de Barreal.

 

El proyecto en torno al predio tiene 1.158 hectáreas, señala en su artículo 2º que “el inmueble será destinado a la colonización de tierras en los términos del Artículo 115º de la Constitución Provincial y desarrollo de la explotación sustentable de actividades turísticas y deportivas como así también su revalorización histórica, cultural, patrimonial y como lugar de atracción educativa y cultural principales e indispensables del lugar y por su proximidad a la localidad de Barreal”.

 

 

Las idas y vueltas sobre el terreno que es imán para los turistas que llegan a la provincia comenzó en marzo de 2013. En ese momento, Jorge Bastías, uno de los propietarios del campo, dijo que buscaban hacer obras para mejorar el servicio turístico en este punto calingastino. La idea era colocar baños químicos, custodia y un equipo médico para emergencias, pues allí se practica carrovelismo, que es un deporte de riesgo.

 

Buscaban más control y seguridad, además de cobrar entradas. Esto generó opiniones encontradas. Muchos dijeron que era necesario el control y otros se mostraron ofuscados, pues consideraban que el Estado debía llevar la administración de ese lugar. Este proyecto quedó en la nada. Incluso después desmintieron esta iniciativa.

 

Posteriormente, en 2014 la Pampa El Leoncito fue declarada Sitio Histórico. Con esta declaración se pensó que el Estado decidiría cómo usarla, sin embargo la planicie continuó siendo privada. A la vez, siguió siendo usada por los prestadores, sin ninguna restricción. Incluso muchos empresarios la usan para realizar publicidades comerciales, sin pagar ningún canon por el lugar.

 

En septiembre de este año llegó la colocación del cartel que obligaba a registrarse a cualquier persona que quisiera ingresar al lugar.