Novak Djokovic venció a Roger Federer en una final inolvidable, defendió el título y se coronó por quinta vez en Wimbledon. El serbio, número uno del mundo, se impuso por 7-6, 1-6, 7-6, 4-6 y 13-12, en una definición que quedará en el recuerdo por ser la más larga de la historia en el All England Club y la que se definió por primera vez en el nuevo tie break.

El primero se lo llevó Novak, en el tie break, después de un set en el que dos mostraron su mejor nivel. Roger reaccionó rápido quebrando en el segundo, que se lo terminaría quedando con contundencia: 6-1.

El suizo tuvo un set point en el tercero cuando sacaba 4-5 el serbio, que pasó el sofocón y, como había sucedido en el parcial inicial, volvió a sacar ventajas en la definición rápida. Federer quebró en el cuarto para quedar 3-2, repitió para llevar la diferencia a 5-2 y, más allá del intento de reacción de Djokovic, se fueron al quinto tras el 6-4.

 

 

El número uno del mundo estuvo cerca en el cuarto juego y, finalmente, quebró en el sexto para ponerse 4-2. Sin embargo, el tres del escalafón emparejó las acciones al game siguiente y volvió a quedarse con el servicio de su rival para ponerse 8-7 y saque. Roger tuvo dos match points, no lo pudo cerrar y Novak se puso 8-8.

Federer tuvo dos posibilidades para quebrar en el 11-11, pero en la primera el slice se le fue por poco y en la segunda Djokovic lo ganó con un smash. Zafó el serbio y se aseguró un nuevo tie break (desde este año se reglamentó que si llegan en el quinto set al 12-12 hay definición rápida).

 

 

Federer ganó su saque con autoridad y llegaron al 12-12. ¡Ya hacían historia. Y, de yapa, en ese momento se convertía esta final en la más larga de la historia de Wimbledon!

Nole sacó una clara luz de 4-1 y se fueron al cambio de lado 4-2 con el saque de Roger. Ganó el punto. 4-3.  Una derecha y un enorme revés paralelo le dieron triple match point al defensor del título. Y lo defendió.